Todavía no sé nada de ti, mi querido cornudo, porque la distancia es un impedimento, pero no obstante me consta que sigues cuidando de mi puta, es decir, de tu esposa, para que esté muy atractiva para mi. Ya no me quedan fotos de mi puta, así que envíame una nueva remesa en cuanto dispongas de ellas para que las vaya publicando aquí y todos puedan ver lo cornudo que eres y lo puta que es tu mujer.
Mientras tanto aquí te dejo algunas fotos para que aprecies lo que pienso hacer con tu esposa, con mi puta, en cuanto dispongamos de tiempo. En el contrato que firmaste consta que cuando vaya a follarme a tu esposa a un hotel o vayamos de viaje, tú conducirás mientras nosotros nos metemos mano en la parte de atrás, pero se me ha ocurrido que ella me chupe la polla mientras yo conduzco y tú viajas en la parte de atrás.
Las otros fotos son obvias para la puta esposa de un cornudo como tú, Ruben, por lo que supongo que ya lo habrías supuesto. Su cara, sus tetas, su coño y su culo serán usados por quien yo quiera y sobre ellos se correrán los machos que se me antoje.
Pero he encontrado un artilugio, un embudo, que es muy útil con el fin de que tu esposa, es decir, mi puta, no pierda nada del semen cuando me corra y la use y disfrute. Así podrá recoger todas las corridas sin miedo a que se pierda ni una sola gota. La otra solución es que me corra sobre su cara.
Y como ya te habrás imaginado, y me has suplicado, tu amada esposa será sobada, usada y follada por cualquier macho que se me antoje para que puedas así sentirte más cornudo, más humillado y ella encuentre el sentido de su vida. Y sea feliz, que es de lo que se trata. De que te humilles para que ella goce y disfrute como una perra, como mi puta, como la zorra que es y que tú consientes.
Un abrazo, mi querido cornudo.
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