viernes, 9 de junio de 2017

CORNUDO Y SUMISO





Una de las imágenes que más excitación me producen en la vida, es la de ver a mi novio sumiso pajearse mientras otro me folla. Siento doble placer: por un lado, el que me produce la verga de ese semental cuya única justificación es hacer que mi coño se sienta repleto, y, por otro, verle a él, a mi chico, humillado y excitado a la vez.
“La prefiero compartida…” como dice la canción, fue su respuesta en días pasados cuando le hice chatear con uno de mis amantes. Su hombría de macho ibérico quedó reducida a un pequeño punto en el espacio, al tener que reconocerse sumiso ante otro hombre. Tuvo que explicar que aguantaría todos los cuernos del mundo con tal de estar a mi lado, de ser mi esclavo. Tuvo además que escucharme diciendo lo grande que era esa polla y cómo me brindaría placer.
Me busco amantes con grandes penes para sentir lo que no alcanzo con él. Disfruto de comer pollas, estrujarlas, chuparlas. Mi novio lo ha comprobado; soy quien le ha propinado la mejor mamada de su vida. Me agrada meterlas completas en mi boca y llevarlas a mi garganta. Comérmelas desde la base a la punta, tan suave y sutil como si fuesen helados y luego tan fuerte y rápido como si fuesen de plástico. Meterlas y sacarlas, dejando afuera mi lengua para que el roce sea mayor, y más húmedo, además.
Así, como lo descrito, comienzo a chupar la polla de mi amante mientras veo directamente a los ojos de mi chico. No le quito la vista de encima, no quiero perder ni un segundo de su excitación. Él se masturba descontrolado. No quito tampoco mi boca de esa gran polla que permanece erecta y caliente. Qué delicia! Sólo de recordarla se me hace agua la boca.
Ese amante es una bestia sedienta de lujuria. Una bestia que está allí para complacerme y follarme hasta reventar mis entrañas. Su polla es tan grande, que hasta mi novio la admira. No le envidia, no quisiera estar en su lugar y ser sólo mi amante. Prefiere ser mi sumiso y consagrarse a mí. Es feliz con las migajas que recoge.
Cambio de posición y me coloco encima de mi amante. Continúo comiéndole la polla pero le ofrezco el coño a mi chico. Su misión: prepararlo para tamaña polla. Mojarme y excitarme, para que otro me disfrute y esperar para luego limpiarme con suavidad el coño cansado y satisfecho que ahora sólo pide paz.

lunes, 6 de marzo de 2017

JOYAS UNICAS

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jueves, 23 de febrero de 2017

El por qué del masoquismo cornudo



Texto escrito por Sacher Masoch sobre una experiencia en la infancia que lo marcó para siempre.

Ya de muy pequeño tenía yo una marcada preferencia por el género cruel, que se acompañaba de misteriosas agitaciones y de voluptuosidad; y sin embargo, mi alma rebosaba de piedad, no habría matado a una mosca. Sentado en un rincón oscuro y retirado de la casa de mi tía abuela, devoraba las leyendas de los santos, y la lectura de los tormentos padecidos por los mártires me sumergía en un estado febril...

A los diez años, tenía ya un ideal. Languidecía por una parienta lejana de mi padre —llamémosla condesa Zenobia—, la más bella y al mismo tiempo más galante de todas las mujeres de la región. Fue una tarde de domingo. No la olvidaré jamás. Había venido a visitar a los hijos de mi bella tía —como la llamábamos— para jugar con ellos. Estábamos solos con la criada. De golpe entró la condesa, orgullosa y altiva, envuelta en su gran pelliza de marta cebellina, nos saludó y me besó, cosa que me transportaba siempre a los cielos; luego exclamó: «Ven, Leopoldo, ayúdame a quitarme la pelliza».

No tuvo que repetírmelo. La seguí al dormitorio, le quité las pesadas pieles, que sostuve con esfuerzo, y la ayudé a ponerse su magnífica chaqueta de terciopelo verde guarnecida de petigrís, que llevaba siempre en casa. Luego me arrodillé ante ella para calzarle sus pantuflas bordadas en oro. Al sentir agitarse sus piececillos bajo mi mano, le di, extraviado, un ardiente beso. Al principio mi tía me miró con sorpresa; luego se echó a reír al tiempo que me daba un ligero puntapié.

Mientras ella preparaba la cena, nos pusimos a jugar al escondite y, guiado por quien sabe qué demonio, fui a esconderme en el dormitorio de mi tía tras un perchero guarnecido de vestidos y capas. En ese momento oí la campanilla y pocos minutos después mi tía entró en la habitación seguida de un agraciado joven. Luego ella empujó la puerta sin cerrarla con llave y atrajo a su amigo junto a sí. Yo no entendía lo que decían y menos aún lo que hacían; pero sentí palpitar con fuerza mi corazón pues tenía cabal conciencia de la situación en que me hallaba: si me descubrían, iban a tomarme por un espía.

Dominado por este pensamiento que me causaba una angustia mortal, cerré los ojos y me tapélos oídos. Un estornudo que me costó mucho refrenar estuvo a punto de delatarme cuando, de pronto, se abrió violentamente la puerta dando paso al marido de mi tía, quien se precipitó en la habitación acompañado de dos amigos. Su cara era de color púrpura y sus ojos lanzaban relámpagos. Pero en un instante de duda en que se preguntó seguramente a cuál de los dos amantes golpearía primero, Zenobia se le adelantó. Sin soltar palabra, se levantó de un salto, corrió hacia su marido y le lanzó un vigoroso puñetazo en la cara. El trastabilló. Lasangre le corría desde la nariz y la boca. Aun así, mi tía no parecía estar satisfecha.


Tomó su fusta y, blandiéndola, señaló la puerta a mi tío y a sus amigos. Todos, al mismo tiempo, aprovecharon para desaparecer, y el joven adorador no fue el último en zafarse. En ese instante el desdichado perchero cayó al suelo y toda la furia de la señora Zenobia se volcó sobre mí. «¡Qué es esto! ¿Así que estabas escondido? ¡Toma, ya te enseñaré yo a espiar!». En vano intenté explicar mi presencia y justificarme: en un abrir y cerrar de ojos, me tuvo ella tendido sobre la alfombra; luego, sosteniéndome de los cabellos con la mano izquierda y aplicándome una rodilla sobre los hombros, se puso a darme vigorosos latigazos.

Yo apretaba los dientes con todas mis fuerzas; pese a todo, las lágrimas ascendieron a mis ojos. Pero, bien hay que reconocerlo, mientras me retorcía bajo los crueles golpes de la bella mujer sentía una especie de goce. Sin duda su marido había experimentado más de una vez sensaciones semejantes, pues muy pronto subió a la habitación no como un vengador sino como un humilde esclavo; y fue él quien se echó a las rodillas de la pérfida mujer pidiéndole perdón, mientras esta lo apartaba con el pie. Entonces cerraron la puerta con llave.


Esta vez no tuve vergüenza, no me tapé los oídos y me puse a escuchar con toda atención tras la puerta —tal vez por venganza, tal vez por celos pueriles—, y oí de nuevo el chasquido del látigo que yo mismo acababa de saborear hacía un instante. Este suceso se grabó en mi alma como un hierro candente. En aquel momento no comprendí a aquella mujer envuelta en pieles voluptuosas que traicionaba al marido y luego lo maltrataba, pero odié y amé al mismo tiempo a esa criatura que, con su fuerza y su belleza brutal, parecía creada para apoyar insolentemente su pie sobre la nuca de la humanidad.


Desde entonces, nuevas escenas extrañas, nuevas figuras, ataviadas unas veces con principesco armiño y otras con burguesa pielde conejo o con rústica piel de cordero, me causaron nuevas impresiones, hasta que cierto día vi erigirse ante mí, nítidamente delineado, ese mismo tipo de mujer que se hizo plástica en la heroína de El emisario. Sólo mucho después descubrí el problema que diera nacimiento a la novela La Venus de las pieles.

Conocí primero la afinidad misteriosa entre la crueldad y la voluptuosidad; luego, la enemistad natural delos sexos, ese odio que, vencido durante algún tiempo por el amor, se revela luego con una potencia absolutamente elemental y que de una de las partes hace un martillo y, de la otra, un yunque.

jueves, 2 de febrero de 2017

Test del cornudo




Unas
 señales que l
e ayudarán a determinar si usted es un cornudo.

- A usted le gusta ver el semen en el coño de las mujeres.
- Le  gusta  saber todo sobre el pasado de las experiencias sexuales de su esposa.
- Su pene se pone duro pensando en otro hombrefollando a su esposa.
- Usted es un poco corto en el departamento de pene
- Le excita ver a otros hombres comiéndose con los ojos a su esposa, de hecho prefiere que se vista  comouna esposa puta para obtener más atención.
- Usted prefiere ver una gran polla joder su esposa, que tener relaciones sexuales con ella.
- La experiencia de comerle el coño  es mucho más placentera si mientras lo hace ella le cuenta sus anteriores experiencias con otros hombres.  
- Usted prefiere chuparle la polla a un macho  ycomerle el coño a su esposa más que tener relaciones sexuales con ella.
 


 ¿Dijo a todo que si?





Traducido de la web Cuckoldin Nuevo matrimonio

lunes, 30 de enero de 2017

Me preñaré de un negro, cornudo


Adjunto le remito la carta que nos dio su esposa para que se la enviáramos y pudiera así sentir cuáles son sus verdaderos deseos tras el proceso de emputecimiento al que la estamos sometiendo, a instancias de ambos. Tal y como los dos decidieron en su día cuando nos la enviaron para proceder a su emputecimiento. Espero que esté satisfecho de los resultados
Atentamente.


"Ahora tengo la regla, mi querido esposo cornudo, así que ya este mes no ha podido ser, pero para el próximo voy a quedarme preñada de un tío muy negro que vende ropa en el mercadillo. He pasado por su puesto varias veces y me gusta como me mira. En cuanto termine con la regla vamos a coger el coche e iremos allí los dos juntos, porque alguien se tendrá que quedar pendiente del puesto mientras me folla en su furgoneta, ¿no crees?...

Seguro que tiene un pollón enorme y me partirá en dos, no como esa pilila que tienes. Y sabes, se oirán mis gemidos de zorra por encima del jaleo de la gente y todos sabrán que tú eres el cornudo, sobre todo sus compañeros de puesto que no necesitarán ni cuchichear porque hablarán en su idioma y te llamarán cornudo a tu cara y tú no estarás seguro, pero te lo imaginarás. Quizás deberías aprender un poquito árabe antes de que vayamos, para que te enteres bien.

 Y por supuesto le dejaré correrse dentro de mi coño porque lo que trato es de quedarme preñada de él, eso sí, si en un mes no lo consigo iré a por el siguiente negro del mercadillo y  me los tiraré a todos si hace falta, pero te daré un bebe negro que cuidar porque ya sabes que serás tú quien le tenga que hacer todo al bebé, hasta sacarme la leche con el aparatito ese para guardarla.

Y nuestro bebé tendrá una pilila de bebé más grande que la tuya. Ah, y sabes qué más quiero: pues al padre de verdad del bebé en el paritorio, y que seas tú quien le explique a todo el mundo que eres mi marido pero no el padre del bebé. Quizás debería hacerle una felación mientras dilato, seguro que eso calma los dolores del parto.

lunes, 16 de enero de 2017

69 picantes consejos para nosotras (2)






31. Díle a tu marido todos los detalles de una cita unos días más tarde.


32. Recuérdale a tu marido una fecha especial, pero hazle saber que incluía sexo agradable con otro hombre.


33. Tontea con el jefe de tu marido.


34. Tontea con uno de los amigos de tu marido.





35. Hazlo con un hombre negro.


36. Hazlo con un hombre mucho más joven.


37. Hazlo con alguien rico y poderoso.


38. Tontea con una figura de autoridad como un
oficial de policía.


39. Pregúntale a tu marido si le importaría que quedases


embarazada de tu amante.




40. Vayan a una cabina de videos porno para adultos juntos y chupa una polla a través de un agujero de la gloria (gloryhole) a un desconocido (con preservatico).


41. Ves a un cine con tu amante. Haz que tu marido se siente en otro lugar cercano y no pierda detalle.


42. Acompaña a un amante a un club de intercambio de parejas locales como pareja.


43. Toma a tu amante y un amigo suyo en un trío (hombre o mujer).


44. Ten sexo en un lugar semi-público con un amante, entonces describelo a tu marido.





45. Haz que tu marido limpie algo en la casa mientras estás en una cita.


46. Haz que tu esposo elija y pague por la ropa interior que uses con tu amante.


47. Cuando tus amantes llamen, contesta la llamada en otra habitación y cierra la puerta para mayor privacidad.


48. Ten sexo por teléfono con un amante, y mira a tu marido como te masturbas y hablas por teléfono.


49. Niega a tu marido sexo durante varios días antes de salir en una cita.





50. Camina por tu casa desnuda antes de una cita, pero no permitas que tu marido tenga relaciones sexuales contigo.


51. La noche antes de una cita masturbate con una película porno, pero con tu marido sólo mirando.


52. Después de una cita masturbate delante de tu marido al tiempo que recuerdas los detalles de la cita.


53. Regularmente usa joyas o ropa que te hayan regalado tus amantes.


54. Haz que tus amantes llamen a casa y pregunten por ti directamente a tu marido.





55. Llama a tus amantes delante de tu marido y permítele escuchar la llamada.


56. Haz que tu marido guie la polla de tu amante en tu coño.


57. Haz que tu marido secretamente se acueste debajo de la cama o en un armario mientras te follas a un amante.


58. Haz que tu esposo te realice sexo oral a usted después de tener relaciones sexuales, o regreses de una cita.


59. Felicita a tus amantes durante el sexo y asegurate que tu marido os escucha.





60. Date a conocer y ser vista como una "pareja" en público con un amante regular.


61. Quítate los anillos de boda antes de salir solos, o antes de ir a una cita con un amante. Haz que tu esposo se ponga tus anillos hasta que vuelvas.


62. Haz planes para salir de la ciudad durante una noche con tu amante, y deja que tu marido lo sepa


.63. Pasa una noche entera con un amante, sin haber avisado previamente a tu marido. Llámale y que te prepare un desayuno.


64. Haz que tu marido brevemente realice sexo oral contigo mientras te preparas para una cita, o justo antes de la salida.





65. Ves con dos amantes diferentes en noches sucesivas, o incluso en el mismo día.


66. Ten una experiencia Trio sexual con uno de tus amantes y otra mujer, y explícale a tu marido.


67. Participa en el sexo en grupo con varios hombres para explicarselo a tu marido.


68. Haz que varios amantes se corran en tu cuerpo y luego explícale a tu marido.


69. Ten relaciones sexuales con un ex novio o ex-esposo y deja que tu marido sepa que te ha gustado.

lunes, 9 de enero de 2017

69 picantes consejos para nosotras (1)




Aquí hay una lista de 69 ideas divertidas que encajan en lo que nos gusta.


No voy a mentiros. Las encontré en internet y creo que muchas de ellas son creativas. Puede ser que te den ideas de trabajar en tu relación de pareja. Si tu marido es como el mío apuesto a que le gustarán.


1. Regularmente formular observaciones a tu marido acerca de otros hombres que te encuentran atractiva.


2. Recuérdale a tu marido que prefieres pollas grandes durante el sexo. (la mayoría tienen complejo de pequeñas y eso les dice inconscientemente que necesitas otras más grandes).


3. Di a tu marido acerca de las cosas que tu amante hace mejor sexualmente.


4. Di a tu marido cada vez que tengas relaciones sexuales con pensamientos en otras personas.





5. Haz que tu marido te observe como te preparas para salir de casa (de caza o no).


6. Afeitate el sexo y dile a tu marido que es debido a que otro hombre te lo pidió.


7. Haz que tu marido te bañe, te afeite las piernas y el sexo, o prepare la ropa, las joyas y el perfume para ayudar a prepararte para tus citas.


8. Ponte un discreto tatuaje (aunque sea temporal) sexualmente sugerente.


9. Hazte un peircing y dile a tu marido que la hiciste por petición de tu amante.






10. Compra y usa una tobillera con un As de picas cuando salgas de fiesta, y hazle saber lo que significa.


11. Usa ropa sexy y zapatos de tacón alto en público


12. Deja de usar ropa interior y asegúrate de que tu marido lo note.


13. Abiertamente coquetea con otros hombres delante de tu marido.


14. Comparte tu estado de Esposa+ con alguna amiga íntima, y mira la

reacción de tu marido cuando hablais los tres.



15. Pídele a tu marido dinero en efectivo para las citas en caso de que necesites conseguir una habitación de hotel. (o pídele que haga la reserva).


16. Pídele a tu esposo reservar una habitación de hotel para ti y tu amante, y que te traiga la llave antes de la cita.


17. Pídele a tu esposo salir contigo de fiesta y hacerle ver desde el otro lado de la sala cuando ligas con hombres.


18. Haz que tu esposo conduzca para ti y tu amante mientras teneis sexo en el asiento trasero.


19. Pídele a tu marido que te lleve a un hotel para satisfacer a tu amante, y vuelva a recogerte después.20. Haz que tu esposo te ayude a encontrar a los hombres para ti.





20. Haz que tu esposo te ayude a encontrar a los hombres para ti.


21. Haz que tu marido te acompañe a un bar a encontrarse con otros hombres, y házlo ir a aparcar mientras tu y el otro hombre se conocen.


22. Haz que tu marido mire cuando tengas relaciones sexuales.23. Niégale a tu marido el privilegio de verte en alguna ocasión.



23. Viaja fuera de la ciudad en un viaje de negocios o de fin de semana con otro hombre.


24. Llama a tu marido por teléfono durante las relaciones sexuales con otro hombre y deja escuchar.





25. Lleva a otro hombre a tu cama matrimonial.


26. Ves con otro hombre mientras tu marido está en el trabajo o fuera de la ciudad, y luego hazle saber.


27. Ves con otro hombre mientras tu marido esté en la habitación de al lado.


28. Ves con otro hombre, grábalo y deja a tu marido verlo más tarde.


29. Cuando tienes sexo delante de tu marido, déjale muy claro y abiertamente lo bien que te sientes.


30. Haz algo con otro hombre no lo hayas hecho con tu marido y luego explícaselo a tu marido.


(Continuará)