lunes, 23 de mayo de 2016

LA REINA DANA

Bueno nuevamente Dana nos ha mandado unas fotos para compartirlas. Como anuncie, ella busca Corneadores asi es que os dejo su correo electronico: danacarm@hotmail.com

Animaros a hacer comentarios que tanto Dana como yo queremos saber vuestras opiniones...

Besos
Sonia








martes, 17 de mayo de 2016

Derechos del marido cornudo (1)



El marido cornudo tiene derecho a presenciar como su mujer se viste para otro macho; para el hombre que lo va a hacer cornudo. Tiene derecho a bañarla, vestirla, ayudarla en su maquillaje y excitarla con su lengua en el culo con el fin de que este más predispuesta a follar con otro y hacerlo más cornudo. 

El marido cornudo tiene derecho a comprarle a su mujer la ropa que luego vestirá con su amante. Podrá elegir la más provocativa para que ella luzca muy hermosa y deseable para su macho. El cornudo tiene derecho a pagar toda esta ropa y a hacer horas extras con el fin de conseguir el dinero necesario para ello. El cornudo tiene derecho a que su mujer luzca lo más provocativa posible para que atraiga a otros machos y sobre todo, al que lo va a hacer cornudo esa noche. 



El marido cornudo tiene derecho a que su mujer le traía las bragas que ha usado con su amante (si han follado fuera y él no ha ido), con el fin de que pueda comprobar o paladear la excitación y los frutos que ambos han tenido al hacerlo cornudo. Es la prueba de que ha sido cornudo y tiene derecho a saberlo y disfrutarlo.



 El marido cornudo tiene derecho a asistir a su puesta de cuernos, a ver como su mujer folla con otro y lo hace cornudo, vestido con ropa interior femenina para hacer constar que él es la puta sumisa cornuda y el hombre que se folla a su mujer el verdadero macho de la casa. Que en su hogar él no es el macho, sino que otro ocupa su lugar que él le ha cedido gustosamente. También tiene derecho a ser usado de criada para traerles las copas y lo que necesitan mientras follan o cuando descansan entre polvo y polvo.

miércoles, 11 de mayo de 2016

La Reina Dana

Bueno pues nuevamente Dana ha querido compartir con nosotros una de las joyas que ha comprado y que ayer estreno. Nos ha mandado fotos donde se la puede ver preciosa como ella es, la joya de la polla que es unica y la luce estupendamente (pinchar en la foto para ampliar). Me ha pedido os deje su correo electronico por si algun corneador quiere contactar con ella. Tambien podeis dejar vuestros comentarios. Su correo es danacarm@hotmail.com










Cornudo, sumiso y putón



LUNES.- Me has dado esta foto y me has preguntado si me gusta. Pero me he callado. Y tú me has cogido de la entrepierna y has visto que mi polla estaba dura. Qué te gusta más, cornudo: ¿el cuero o su polla? Y he seguido callado porque no hace falta que te pregunte más. Ya sé lo que planeas.

Has encontrado por los chats a este travestí y has hablado con él, le has dicho que soy sumiso cornudo y que me entregas a él, como su puta esclava, para que me use a su antojo mientras tú follas con tu amante. Y eso ha ocurrido. He estado chupando polla mientras miraba de reojo la webcam del ordenador por la que te veía follar con tu amante.

De vez en cuando te levantabas, te asomabas a la cam y le dabas instrucciones al travestí para que me usara a tu gusto o como a tu amante le apetecía. Y finalmente, cuando os habéis corrido por última vez, le has dicho que me dé 10 azotes por cada condón que tu amante ha usado al follarte. Me ha dado 50 fustazos pues tu macho se ha corrido cinco veces. Y yo te he dado las gracias, mientras te veía de nuevo follar con él.

viernes, 6 de mayo de 2016

La ruleta rusa del cornudo para que le preñen a su esposa


Juan G escribió:

Hemos leído el relato y deseamos que hagas lo mismo con mi mujer,  una puta y zorra sumisa,  para que a ella se la puedan follar todos los que quieras menos yo. Puedes llamarlo emputecerla o prostituirla incluso que llegues más lejos con tu puta como decidir si la follaras con condón o a pelo, y si toma la píldora o no. Tú  decides

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Tu amo escribió:

En contestación a tu pegunta sobre si a la puta de tu mujer la voy a dejar prostituirse con condón o sin tomar la píldora, he de contestarte que sí. Tú mismo has confesado tu idea de que quede preñada de otro macho. De mi o de quién folle con ella al ser prostituida por lo que vamos a ir hasta el final.

Aunque es peligroso que mi puta zorra, es decir, tu mujer, folle sin condón debido al SIDA y otras enfermedades, he de aclararte que los clientes que van al piso donde residirá durante unos días y ejercerá de puta golfa, es de lujo y allí sólo acuden clientes seleccionados que obviamente están casados y mantienen una buena salud. Y son muy discretos. La dueña del piso sabe que son gente de confianza.

Suelen ser ejecutivos, gente que tiene poder en las empresas y que sabe cómo mantener una situación de dominación y humillación frente a otros machos menos dotados y sumisos como tú. La mayoría ya le ha puesto los cuernos a sus empleados, gozan con ello  y  pagan mucho cuando encuentran a una puta con cornudo; una pareja como la tuya en la que el marido quiere ser humillado por otros machos y que lo han cornudo. Muy cornudo.
Por eso con la puta zorra de tu esposa, es decir, con mi puta; con la mujer que me has entregado para que la chulee como un macarra y gane dinero con ella, será sometida a la “ruleta rusa”; un juego que me he inventado y que suele ser muy placentero para todos, sobre todo para un marido cornudo como tú.

Se trata de poner a  tu esposa, a mi puta, a cuatro patas  sobre un mesa baja. Antes se le habrá hecho un test de fertilidad y se habrá escogido un día en el que esté muy fértil y proclive a ser preñada. La puta estará a cuatro patas sobre la mesa y los corneadores (cuatro) se pondrán alrededor para que la puta pueda ser follado mientras chupa la polla del que tiene delante. Y así irá pasando por los cuatro.

He de advertirte que este juego permite que el marido cornudo pueda también participar y follar con la puta de su mujer, cuando le toque, por lo que si quieres podrás ser uno de los cuatro y follar a tu puta esposa.

Así podrás competir con otros machos para dejar preñada a tu puta esposa. Tu esperma competirá con tres más y el que sea más macho, el que tenga los mejores espermatozoides logrará preñarla. El juego puede durar días, o semanas, y sólo se detiene cuando se comprueba que la puta de tu mujer se ha quedado preñada

Así cuando nazca el niño, no sabrás si es tuyo o de uno de los tres corneadores que se han follado a tu puta esposa. Criarás un hijo que tiene un cuarto de posibilidades de que sea tuyo, aunque te puedo decir por experiencia que el marido cornudo no suele ser el que la preña porque en la competencia, en su subconsciente, lo que desea es que la preñen otros  más machos para sentirse cornudo y humillado el resto de su vida y por tanto, suelta en el coño de la puta menos semen y menos espermatozoides que los demás.
Es una cuestión biológica, de selección natural, porque el cornudo, en este caso tú, no desea preñar a su mujer, sino que se la preñen y por tanto actúa en consecuencia, se corre menos veces y ofrece menos espermatozoides. Y además suelen ser de menos calidad. La preña el más macho, el que la naturaleza lo ha dotado para reproducirse y que sus genes prosperen a través de la puta de tu mujer que tendrá que criar el hijo de otro.

Espero haber aclarado tus dudas, cornudo, sobre cómo voy a preñar a tu puta esposa, es decir, a mi puta zorra.

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Juan G escribió:

  
Me encanta el juego de la ruleta para prostituir y preñar a mi mujer. No no me importa el dinero que ganes con mi mujer, ni que puedas prostituirla de forma estable, sin límite en el tiempo, porque nos gusta y mi mujer disfrutará de su coño más de lo que se imagina, pero te pediría que nunca me la preñes más de dos veces. Qué te parece. Tienes móvil y lo vamos planeando

jueves, 5 de mayo de 2016

Sí, cornudo y a mucha honra


Todo comenzó cuando llegué a casa y te pille follando con un chico muy joven. En el sofá. Nada más entrar. Recuerdo que te pusiste de rodillas delante de mi y me pediste perdón. Yo no supe qué hacer ni decir. Estaba muy dolido, pero también extrañado por aquella situación. Muy extrañado. Tan extrañado que tú debiste notarlo y me cogiste de la entrepierna porque habías notado mi extrañeza. Estaba duro. Mi pene que hasta ese momento se ponía durito, estaba muy duro. No hubo nada más que hablar. Te perdoné.

Al día siguiente regresé a casa y te volví a encontrar follando en el sofá con tu amigo, pero esta vez no te arrodillaste. Ni tan siquiera me hiciste caso. Me miraste, sonreíste y seguiste follando con él. Incluso me dijiste que te trajera una copa, por favor. Y os la llevé.

 Al día siguiente regresé a casa y volví a pillarte follando con ese chico, pero en esta ocasión me miraste mal, muy seria, te levantaste, me dijiste que me pusiera de rodillas y comenzaste a darme de hostias, mientras me acariciabas con el pie desnudo mi pene duro.
 - No vuelvas a molestarme cuando te pongo los cuernos. La próxima vez llama antes de venir.
- Lo siento. Perdóname –te supliqué mientras me dabas de hostias y me corría entre gemidos y suspiros.

No hubo necesidad de que habláramos más de todo ello. De eso hace ya algunos meses. Ahora me has dicho: “Coge la cámara y ven”. Y te he seguido a la habitación donde te has echado en la cama con las piernas abiertas.
 - Graba, cornudo  –me has ordenado.


Y he comenzado a grabarte. Sé lo que tengo que hacer. Sobre todo grabar tus gestos de placer, tus gemidos y los comentarios que haces para demostrar que gozas, que lo deseas, que estas loca porque él te llame y te folle. Porque el vídeo es para él, para  tú amante; para ese chico que te tiene loca, te ha vuelto una ninfómana salida y una mujer apasionada que está todo el día con el coño mojado.

- Sólo pienso en él y me mojo –me habías dicho esta mañana cuando me propinabas los correspondientes azotes en el culo para dejarme claro, sin dudas, que soy cornudo, tu marido cornudo y además apaleado porque tú crees que no puede ir una cosa sin la otra.
 - Lo sé, amor mío –te he contestado entre cada azote.
- Esta tarde, cornudo, me vas a grabar y vas a ver lo que es desear a un macho.
- Lo sé, mi vida. Te quiero. Te amo.
- Y cuanto más cornudo te hago y más te humillo, más me amas. Lo supe desde el primer día que te conocí.
- Yo también lo supuse al verte. Me quedé helado.
 - Lo vi. Y por eso te elegí entre todos los demás, porque tú no eres macho, sólo una putita sumisa con un pito ridículo incapaz de satisfacer a una hembra como yo. Yo necesito machos, no putas sumisas. Por eso te elegí, porque sabía que contigo iba a poder follar todo lo que quisiera y con quien quisiera. Y que encima me ayudarías a ello.
 - Lo sé, amor mío.
- Deseché, incluso, a un pretendiente millonario y guapísimo y me quedé contigo.
- Lo sé, mi vida.
- ¿Lo comprendes ahora, cornudo?

- Si amor mio.
- ¿Comprendes que una mujer como yo necesite machos de verdad?
- Si, mi amor
- ¿Vas a ser cada día más cornudo sumiso?
 - Sí, mi vida
- ¿Me lo prometes?
- Te lo juro
- Entonces te daré 50 azotes. Te doy 20 más como premio por haber sido buen cornudo. Pero no te corras.

 Lo de “no te corras” lo dices adrede porque me conoces y como estoy con el cinturón de castidad, cuando me humillas y me azotas el culo, suelo correrme. Poco, pero me corro con un placer muy especial. Flojito y con poco esperma.
 - Tienes orgasmos femeninos me dijiste cuanto te lo comenté.

Pero ahora te he grabado, ya digo, y he visto como gozabas pensando en él, como te corrías y corres pensando en su polla, en sus músculos apretando tu cuerpo, en tu coño taladrado por su polla de macho.

Te has corrido delante de la cámara en menos de un minuto. Más pronto que nunca lo que evidencia que estás loca por follártelo.
 - Envíaselo por email. Rápido, cornudo, que quiero que vea como me tiene de salida y como lo deseo.

Y eso he hecho. Él ha contestado rápido y te ha dicho que en media hora estaba en casa, por lo que me has cogido de la mano, me has llevado al cuarto de baño, me has maquillado, me has colado la peluca, me has vestido de chica y has notado que tengo la polla dura, muy dura.
- No te excites todavía, cornudo, que la noche es larga -me has advertido.


 Y cuando me has visto a tu gusto, puta y femenina, me has recordado cuál es mi tarea, aunque no hace falta porque me la sé de memoria. Tengo que abrirle la puerta, llevarlo a tu cuarto, desnudarte para él, ofrecerle tu coño, suplicarle que te folle y me haga cornudo, llevaros las bebidas, chuparte el coño para excitarte y que él te folle mejor.

Y si te apetece y me obligas, he de  chuparle la polla a él para darle las gracias por hacerme cornudo, reconocerlo como macho dominante y que  que se excite al ver que él es el único macho que hay en la casa porque yo sólo soy tu puta sumisa. Una puta sumisa a la que llamas Mónica. Y eso he hecho. Eso hemos hecho.Eso hacemos siempre que quieres. Gracias a Dios.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Mi esposa quiere ser la puta de otro (3)

Continua la historia....


Después de unos años, Paty encontró una mejor oportunidad de empleo en la editorial donde nos conocimos y Henry se manifestó satisfecho de que ella se superara, por lo que dejaron de trabajar juntos, aunque ocasionalmente se veían para comer o desayunar, comentándose las diversas novedades que iban surgiendo.

 Fue en uno de esos desayunos cuando les acompañó una prima de mi esposa que no conocía a Henry; ella le aseguró a mi mujer que, luego de ver su actitud, era evidente que su “padre postizo” estaba enamorado de ella. Paty lo tomó como una tontería, asumiendo que su prima confundía el cariño fraternal que se tenían con algo que no existía.

Cuando nos conocimos y nos hicimos novios, Paty me habló de Henry como un gran amigo que la veía como una hija, relatándome todo lo que la había ayudado. Yo así lo acepté aunque, cuando lo conocí, también vi una mirada de atracción más que de paternalismo. Se lo comenté a mi esposa y ella me aseguró que no era así.

Yo tenía entendido que ella lo veía como un padre, por lo que me sorprendió que ella misma lo propusiera como su próximo amante de planta, pero la muy zorra me confesó descaradamente que siempre se había sentido atraída por él y que, si Henry se lo hubiera propuesto, no hubiera dudado en darle las nalgas, y lo hubiera hecho con gusto antes de conocerme y, más aún, después de casarnos. Al preguntarle por qué no lo hizo me respondió que no quería romper con la amistad fraternal que ambos habían cultivado con los años.


Inmediatamente, le cuestioné por qué ahora sí estaría dispuesta a correr el riesgo y me confesó que en sus últimas citas se había percatado de que quizá su exjefe sí sintiera algo más que paternalismo por ella, pues ahora le tomaba la mano por segundos y lo había descubierto un par de veces mirándole el culo con lascivia. Además, por la estrecha relación que llevan, Paty ya le había confesado a Henry de nuestros encuentros con otros hombres, lo cual él aprobaba totalmente, asegurando que todos tenemos derecho a vivir nuestra sexualidad como nos plazca.

 Quizá por esas confesiones, justo unos días antes de que la piruja de mi mujer y yo nos planteáramos la posibilidad de que fuera la puta de planta de alguien, Henry le llamó por teléfono para que fueran a desayunar, asegurándole que tenía algo muy importante que decirle.

Aunque mi ofrecida esposa y yo tenemos una comunicación total, no me comentó lo extraño que le pareció lo que le dijo su exjefe ni el nerviosismo evidente que escuchó en su voz al invitarla a desayunar, cuando citarse era algo que sucedía comúnmente. Sin embargo, al otro día de esa llamada, Henry le canceló la cita, se notaba nervioso y cortante; se podría decir que se estaba arrepintiendo de habérselo dicho y más cuando le dijo a mi mujer que olvidara aquello importante que tenía que decirle.


Cuando la cerda de mi esposa me lo platicó, le dije que eran evidentes las intenciones de Henry para confesarle su amor o, de menos, su atracción por ella y que a la mera hora se había arrepentido, quizá por la misma razón que esgrimía la nalgona de mi mujer: no romper con su amistad fraternal o que ella lo tomara a mal. Así, encuerada como estaba junto a mí, le sugerí que le llamara a nuestro prospecto de corneador de planta y provocara una cita para verse, pero que fuera más coqueta e insinuante, para que él viera que ella también tenía interés.

 Fue muy humillante escuchar a la zorra de mi mujer hablar con el hombre que, próximamente y si las cosas salen bien, la convertirá en su puta de planta. Le llamó con una voz mucho más coqueta y putona que como le hablaba normalmente y lo que más me calentó fue la humillación cuando la muy ofrecida le dijo delante de mí con voz aterciopelada: “Te extraño mucho”.


En fin, que la cita entre Henry y la nalgona de mi mujer es este próximo miércoles. Juntos decidimos que ella irá vestida de una manera tan provocativa que, seguramente, Henry se sorprenderá. Mi esposa, a pesar de que es una perra consumada, no suele vestirse de manera provocativa, a menos que salgamos juntos con el fin de buscar hombres que se la cojan, por lo que la microfalda sin calzones que llevará y la delgada blusa de algodón sin brassiere que resaltará sus pezones serán más que una invitación para que su exjefe dé el siguiente paso.

Para amarrar las cosas, le comentará durante la plática que yo no solamente soy un cornudo, algo que ya sabe, sino que no la satisfago, que soy un poco hombre y que ella necesita un macho que le dé placer, que sea su amante de planta. Le dirá que yo acepto mi condición de poco hombre y que estoy de acuerdo también con que ella tenga un amante.

Ya nos pusimos de acuerdo en que ella aceptará cualquier propuesta que le haga Henry, por lo que esperamos que dicho desayuno termine en la habitación de un hotel, desde el cual me llamará delante de Henry para decirme que va a coger con él y que pase por ella a tal hora. Con esto, queremos que mi próximo corneador permanente se dé cuenta de mi aceptación y de la disposición que tengo de ser humillado por mi putona esposa y, desde luego, también por él.



De cualquier manera, no descartamos la posibilidad de que Henry no se anime o de que la culona de mi mujer tenga no uno, sino dos amantes que le den la verga que yo no puedo darle. Y ésa es una de las razones para escribir este relato:

Si estás interesado en que la piruja de mi mujer sea tu amante, escríbenos con una foto de tu cara y hablándonos de ti y de por qué quieres que sea tu puta de planta al correo que creamos para buscarle amante: laputademiesposa@hotmail.com, te responderemos de inmediato y con una foto de la perra de mi mujer completamente encuerada.

También puedes llámame cuando quieras al teléfono que adquirimos para que yo atienda a los amantes de mi mujer: 044-55-2406-6514; te aclaro que el teléfono no siempre puedo tenerlo prendido y que mi puta y nalgona esposa no contesta las llamadas.

Experiencia sacada de Todorelatos.