lunes, 9 de diciembre de 2013

CUANDO VIAJO ELLA SE NUTRE BIEN DE MACHOS



 

Hola Sonia; soy Javier el cornudo de Marga, te he mandado un relato de lo que fue mi inicio con el “COCKCAGE”  con el título de “NUEVAS TECNOLOGIAS… PARA MI CORNUDO” que muy amablemente nos publicaste. En esta ocasión te voy a contar como voy con el uso de ello después de que Marga me lo comprara hace ya un años más o menos. Ella ha ido incrementando el uso del cinturón de castidad y a día de hoy me hace llevarlo durante periodos  de hasta casi dos semanas seguidas. Te cuento mi último viaje de trabajo y lo que me paso.
 
 
 

                El mes pasado tuve un viaje de 12 días fuera de casa por motivos de trabajo, tuve que viajar a Valencia y Marga ya se encargó de tenerme controlado, el lunes, día que me iba de viaje y cuando ya tenía todo listo para salir me llamo a la habitación y me dijo ·”ya sabes que estos días que no vas a estar tampoco voy a dormir sola, así que como eres un buen cornudo obediente te voy a regalar con una buena mamada para que te vayas descargado al viaje”. Yo de pie delante de ella y ella sentada en la cama me abajo los pantalones y empezó a comerme el cipote, fue increíble la forma de mamarme la polla, se la paso hasta el fondo por la garganta mientras me metía un dedo en el culo y me pajeaba la próstata, cuando yo ya estaba que me explotaba y sin correrme hasta que ella no me dejase me dijo “anda cornudo te voy a dejar que te corras dentro de mi garganta por que ahora después te vas a enterar”, de lo caliente que estaba ni reaccione se la metió de nuevo en la boca pasándosela por la tráquea y me hizo una señal con la mano para que me corriese, joder no me lo podía ni creer, eso solo lo hace con algunos de sus machos. La corrida fue bestial, me que flojo de las piernas y me temblaba todo el cuerpo.
 
 

                Ella se levanto de la cama y yo me quede doblado por la cintura apoyado con las manos en la cama y con los pantalones bajados, termine por tumbarme para recuperarme un poco antes de ir al baño a lavarme y subirme los pantalones para poder irme al viaje. Cuál es mi sorpresa cuando ella vuelve del vestidor y viene con el cinturón de castidad en la mano, pensé “¡Ostias! A que me lo pone para todo el viaje” y ya lo creo que estaba acertado, me dijo “cornudito mío como ya estas vacio y no la tienes que usar en estos días te vas a ir con tu cinturón puesto y por supuesto la llave se queda aquí” joder no pude ni replicarle, me lo puso y me quede atontado porque aun no sabía ni cómo reaccionar. Me levante ya con el puesto fui al servicio y me lave de la corrida ya con el cockcage puesto, me acompaño a la puerta de casa, me cogió por las pelotas y allí me dijo “anda cornudo vete a trabajar y tráeme dinerito y cuando vuelvas ya veremos si tienes premio yo voy a llamar a Rubén para que venga hoy a follarme y dormir en casa en nuestra cama” le di un beso y me marche con el cinturón de castidad puesto, cuando llegue al garaje aun no había reaccionado, “joder que me voy para 12 días y no me queda más remedio que acatar y obedecer”. En fin me marche y por el viaje ya iba cachondo otra vez de pensar en lo caliente que iba a estar esos días sabiendo que Rubén se la iba a estar follando a diario y que no podría ni tocarme.
 
 

                Una vez en Valencia y ya alojado en el hotel llame a Marga para decirle que ya había llegado y que estaba bien, cuando termine de decirle esto se echo a reír y me dijo “el sábado tengo una sorpresa para ti así que ni se te ocurra irte de copas con algún cliente, quiero que por la noche estés tranquilo y relajado en tu habitación”, ni rechistarle, le dije que así lo haría.

                El miércoles por la noche cuando llegue al hotel llame a Marga como los días anteriores y me pregunto si tenía abierto el portátil, le conteste que no y rápidamente me hizo encenderlo, yo esperaba que me iba a dar una sesión de las suyas de paja y yo sin poder tocarme por la webcam, así lo hice, ella estaba en nuestro dormitorio y estaba vestida con un corpiño, medias de rejilla y unos zapatos de tacón que me vuelven loco, le dije “está claro que esta noche va a dormir Rubén contigo” y ella me contesto mientras se ponía Rubén en el plano de la webcam “Rubén lleva en casa follándome y quedándose a dormir desde el lunes a medio día, hoy me he vestido así porque ha invitado a dos amigos suyos del gimnasio a que vengan a follarme entre los tres” en ese momento aparecieron en la Cam dos tíos mas que yo no conocía y empezaron a besarla y a sobarla por todas partes, me hizo que me bajase los pantalones y le enseñase el cockcage para asegurarse que lo tenía puesto y así lo hice, mientras mantenía el plano de forma que se viese mi polla ella empezó a mamarse los cipotes de Rubén y sus amigos, joder como me puse de caliente pero no podía hacer nada. Cuando ya tenía las pollas casi duras de los chicos me hizo que me pusiese yo otra vez en la Cam y me dijo “cabronazo tu a dormir y yo a follar, nada de ver cómo me lo hacen estos tres machos, usa tu imaginación, grabaré la follada y si te portas bien el viernes cuando vengas a casa igual te dejo ver la cinta” Acto seguido apago la Cam y me quede con un calentón de la ostia, me acosté imaginándomela como debía estar disfrutando con las tres pollas, se me apretaba la polla dentro del cinturón de castidad y con la yema de los dedos y un poco de saliva me acaricie lo poco que podía el capullo, la imaginaba como la he visto en otras ocasiones parecidas, rellenándole los dos agujeros a la vez mientras se mama la polla del tercero ¡UUUUUUUUFFFF! Sin poder correrme y con todo el calentón me fui a la cama y me quede dormido.
 
 

                El jueves por la noche cuando hablamos me pregunto qué tal había pasado la noche y el día a lo que le conteste que súper caliente y con un dolor de huevos fuerte por tenerlos bien cargados de leche, ella se echo a reír y me dijo “pues espérate al sábado que ya lo tengo todo preparado”, me quede pensativo sobre que estaría tramando y llegue a creer que vendría a pasar el fin de semana conmigo ya que vivimos a solo 200km. de Valencia y en tren estaría allí en una hora y media.

                El sábado termine de trabajar a medio día y me fui para el hotel, llevaba toda la mañana nervioso por saber si la sorpresa era que ella venia a estar conmigo, comí y me eche una siesta, sobre las ocho de la tarde me desperté  y al ver la hora que era y que ella no había venido me di cuenta que ella no era la sorpresa. Me duche y me arregle para bajar a cenar y llamarla por teléfono. Sobre las 10 la llame por teléfono desde el restaurante recién terminado de cenar, al descolgarme el teléfono no me dejo ni hablar, me dijo “pero mira que eres cornudo y cabrón, Rubén y yo estamos follando y vas y me molestas, llámame a las once en punto ni un minuto antes ni después” le dije que así lo haría como ella ordenaba y me colgó el teléfono. Me quede descolocado pero ella es así, no es la primera vez que me trata de esa forma, pero en el fondo me puso muy caliente. Pedí un cubata en el bar y me lo subí a la habitación, me puse cómodo, puse el ordenador en marcha y estuve chateando un poco en un famoso chat de cornudos para hacer tiempo hasta llamar a Marga como ella me había dicho y muy atento al reloj.

                Llegadas las once en punto llame a Marga y al descolgar lo primero que me dijo es lo bien que la había follado pasados cinco minutos de conversación me dijo “en unos segundos va sonar tu puerta, estate atento por que la persona que va sabe que tiene que hacer y deja puesto el manos libres para que yo…” en ese momento sonó la puerta “…pueda oír que se cumple el servicio contratado”. Joder me quede a cuadros, fui abrí la puerta y ¡OSTIAS!, era una tía de unos 25 años, vestida de forma evidente que se notaba que era puta, me quede boquiabierto, ella pregunto “¿eres Javier?” conteste que si y de un empujón me apartó de la puerta y entro diciéndome “supongo que Marga esta al teléfono ¿cierto?! Asentí con la cabeza y ella se dirigió al teléfono para hablar con Marga. Se saludaron y como estaba puesto el manos libres pude oír toda la conversación, Marga le dijo “cielo ya sabes lo que tienes que hacer y por supuesto nada de que se corra, es muy cornudo y lo tengo muy bien acostumbrado a aguantarse pero como te dije por si acaso te lo he dejado con el cinturón de castidad puesto, mámasela bien a ver si el cerdo este es capaz de no correrse” me quede alucinado, la chica se acerco a mi me bajo el pantalón del pijama, no se extraño de verme el cinturón de castidad, me tumbo en la cama empujándome  en el pecho, estaba buenísima. Se quito el abrigo y se desnudo dejándose las medias y las botas nada mas, se acerco a mí y empezó por comerme los huevos suavemente, jugando con el cockcage entre sus manos y poco a poco fue subiendo con la lengua hasta empezar a mamarme la polla por los agujeros del cockcage, por el teléfono Marga me preguntaba cómo lo estaba haciendo y yo con voz entrecortada por qué me estaba calentando a mil le iba contestando, de pronto le dice Marga a Rocio, que así es como se llamaba la chica, “veo que lo tienes bastante caliente pero vamos a ver si es obediente de verdad, métele el vibrado que acordamos que llevarías por el culo ahora mientras sigues mamándosela a ver si aguanta”, Rocio saco del bolso un consolador de un tamaño no demasiado grande y así lo hizo, una vez metido hasta el fondo conecto el modo de vibración. Me estaban volviendo loco, Rocio me mamaba por encima del cinturón y me metía el consolador dándome en toda la próstata y Marga no paraba de preguntarme para sentir en todo momento como estaba yo de caliente.
 
 

                Después de unos 25 minutos de toda esta situación estaba que no me aguantaba, la próstata me tenía a mil y la lengua de Rocio, solo con su puntita metiéndola por los agujeros me tenían la polla apretadísima contra el cinturón, me contenía todo lo que podía pero alguna gota se me escapaba por que tenia los huevos muy llenos de leche y por la situación en sí. A la media hora en total Rocio se dirigió a Marga y le dijo, “Marga este cabrón ha aguando bastante bien, como acordamos el servicio era media hora y ya está completo”  Y Marga le dijo “perfecto y tu cornudo ahora hablamos cuando se marche Rocio” a lo que esta le contesto “cariño yo ya me voy y por cierto tienes un cornudo divertidísimo y bien educado, me ha encantado este encargo cuando vuelva por Valencia contrátame otra vez si se te ocurre alguna putada para este cerdito y la próxima vez si acepto a ponerte la Cam para que lo veas ahora que ya os conozco y sois de fiar” le pregunte a Rocio cuanto le debía por el servicio, pero me dijo que ya le había pagado Marga por tarjeta antes del servicio que si no no hubiese venido nunca pero que se lo había pasado muy bien con nosotros, la despedí en la puerta de la habitación cogiéndome ella por los huevos dándome un fuerte apretón y un beso en los labios. Fui corriendo a hablar con Marga, en cuanto cogí el teléfono empezó a reírse de mi “ja ja ja ja ja  ¿te ha gustado mi sorpresa cielo?” le dije que era había sido muy morboso y especial la sorpresa pero a la vez súper dura por tener que aguantarme sin correrme y con toda la polla apretada dentro del cinturón, aguantarme la lefa ha sido toda una proeza no llegar a correrme. Estuvimos hablando un rato de toda la situación y aun tenia la polla dura. Nos despedimos hasta el día siguiente pero sin dejar ella de recalcarme que no podía salir del hotel y que ella follaría otra vez con Rubén antes de acostarse.
 
 

                La semana se me hizo larguísima, Rubén seguía en casa, follándola a diario y yo trabajando, cada vez que hablábamos era un calentón tras otro y un día me dejo conectada la Cam toda la noche para que viera como se la follaba Rubén y como se quedaba a dormir en mi lado de la cama. Ese día también lo pase mal para aguantarme la lefa por que de los calentones de esos días,  sobre todo pensando en la rica putada que me había hecho el sábado, estaba como loco de llegar a casa el viernes y que me diese permiso para hacerme una paja delante de ella.

                Por fin el viernes por la mañana pude terminar sobre las 12 así que me fui al hotel, recogí mis cosas y comí en el restaurante mientras aprovechaba para hablar con Marga. Le comente lo caliente que iba y lo bien que me había portado y que tenia los huevos cargados a reventar, le dije que estaba como loco de llegar y que me dejase hacerme una paja para ella. Ella estaba harta de follar esos días con Rubén y el día especial de sus amigos pero yo estaba que no me aguantaba.

                Sobre 6 de la tarde llegue a casa y en cuanto abrí la puerta allí esta Marga me recibió con una botas de tacón alto de látex y un corpiño de los que recogen el pecho dejando todo al descubierto y con la llave del cockcage colgando de una pulsera en su muñeca. Cerré la puerta y la bese fuertemente, ella me paso la mano por la entrepierna y me pregunto “¿Cómo vienes de cargadito cornudo mío?” ni le conteste solo resople ¡UUUUUFFF! y ella me dijo “cabrón estas como loco de que te lo quite y te de permiso para hacerte la paja ¿verdad?, pues vas hacer lo siguiente te vas a desvestir, te vas a duchar y cuando estés limpito pasas a nuestra habitación”. Joder con el calentón que tenia fui como el rayo en 15 minutos estaba duchado y en pelotas delante de Marga en nuestra habitación, ella estaba sentada en la cama con sus botas, sus tetas al aire por fuera del corsé y con la llave del cockcage en una mano dando vueltas, me pregunto “¿tienes los huevos muy cargados?” a lo que le conteste que se me salían gotitas en algunos de los calentones “¿te gusto la visita de Rocio”?  a eso solo resople y a continuación me dijo “pues no te voy a quitar el cinturón”, me quede a cuadros, la estaba viendo allí, jugando con la llave, vestida que daba miedo verla y me iba a dejar otro día más aun sin correrme y estando vestida así pensé que Rubén aun estaba y que iba a tener que verlos follar y yo sin poder correrme, pero cuál es mi sorpresa que me continua diciendo, “cornudo mío, como te has portado bien y me has demostrado con Rocio que sabes controlarte lo que he pensado es que en vez de quitártelo y dejarte hacerte una paja y como Rocio no consiguió que te corrieses he pensado que… date la vuelta y ponte a cuatro patas encima de la cama” sin rechistar así lo hice, ella se fue al vestidor y cuando vino traía un dilatador de los que suele ponerme, me lo enseño y me dijo estate quietecito que enseguida te preparo. Cogió lubricante y poco a poco me lo metió, enseguida se puso delante de mi cara y me dijo “anda cabrón cómeme el coño que se me lubrique bien” y así lo hice, según se estaba restregando todo el clítoris por mi cara dijo “había pensado que como Rocio no te hizo correr con la boca vamos a ver si erres capaz de no correrte follándome con el cockcage puesto” eso me dio un subidón de la ostia, la tumbe sobre la cama, le levanté las piernas por los tacones de las botas y se la metí hasta todo lo que daba el cinturón, que sensación tan especial, entre dolor por el cinturón y un placer inmenso por poder follarla, una vez meti la polla con el cockcage dentro de su coño sentía entre el metal parte de su interior, sus jugos, veía su cara de satisfacción.

Teniendo el dilatador puesto, el calentón de 12 días sin correrme, la aventura de Rocio y la genial idea de follarla con el cinturón puesto, en pocas embestidas me corrí a borbotones para satisfacción de ella, quede rendido sobre sus tetas mientras ella me acariciaba cabeza diciéndome lo bien que sentaban los cuernos y auto alabándose por que ella si había sido capaz de sacarme la leche con el cockcage puesto y una profesional no.
 
 

                Después de permanecer así unos 5 minutos me aparto y me dijo “Bueno cielo como es viernes y ya sabes que cuando vienes y empezamos el fin de semana, algunas veces me gusta ponerte tu cinturón, pues eso, ya lo tienes puesto y hasta el lunes por la mañana como de costumbre no te lo voy a quitar, je je je je je” me que alucinando, dos días más y estaba claro que ese finde también iba a estar a raya.

                El sábado no salimos a ningún sitio pero después de cenar y ya en el dormitorio me puso el video de Rubén y sus amigos, me puse súper caliente, habían puesto la cámara encima de la cómoda de tal forma que en todo momento se les veía a los tres follándosela de mil posturas me obligo a comerle el coño y hacerle una buen pajote con sus consoladores y cuando se corrió varias veces y bien a gusto me pregunto “¿estas calentito ciervito mío?” tenía la polla a reventar dentro del cinturón, continuó “ponte a cuatro patas” así lo hice y esperé a que volviese del vestidor. Estando en esa postura se puso por delante de mí, venia con su consolador de cintura y las manos a la espalda y me dijo “te vas a mamar bien esta polla antes de que te la meta hasta el fondo por el culo” rápidamente empecé a mamar el arnés con ansia como a ella le gusta y de repente me agarro por la cabeza con una mano y me apretó contra su arnes-cipote y acto seguido me soltó un paletazo en el culo que hizo que intentase sacarme la polla de la boca pero para eso ella ya me tenía la cabeza bien sujeta. Así estuve mamando unos 10 minutos a ritmo de golpes de paleta en mi culo, cuando ella considero me la saco de la boca y se coloco detrás de mí. Explicarte que su arnés es doble, tiene una polla para adelante y otra hacia dentro que se introduce en el coño de la mujer que se lo pone de esta forma con cada embestida que me da a mi ella se está follando también asimisma.
 

                Me abrió bien las cachas del culo y empezó a meterme el consolador por el culo, sentía cada centímetro entrándome hasta que llego hasta el fondo y sentí como los huevos del consolador tocaban con los míos y estándo así me dijo “ahora te voy a follar hasta que me corra otra vez y después tu a dormir calentito y ya sabes mañana domingo a descansar que lo necesitas para el lunes volver a traerme dinerito, cornudo mío” me estuvo follando como 15 minutos el culo hasta que se corrió con unas embestidas bestiales, finalmente nos quedamos dormidos después de la gran follada que me dio.

                El domingo transcurrió como uno cualquiera, salimos a tapear por la zona de casa y poco más que resaltar salvo el calentón que yo tenía y las constantes provocaciones que Marga me hacia, me sobaba el cinturón de castidad por encima del pantalón en alguno de los bares que estuvimos y recordarme constantemente que me la tenia controlada, que era un gran cornudo y que le encantaba tenerme en esa situación, había disfruta mucho en todos los sentidos de mi viaje, tanto por mi control como por los días que Rubén y sus amigos la habían estado follando. Terminamos el día de forma relajada y pronto nos acostamos.
 

Por fin era lunes y Marga se levanto antes que yo, nada mas despertarme me llamo al salón, allí estaba con la llave en la mano, me indico que me acercase a ella y me sobo los huevos diciéndome “ahora te vas hacer esa paja para mí en medio del  salón mientras me tomo el café y aquí ya tienes tu taza de café solo falta que le pongas la leche” y así fue me quito el cockcage, se sentó en la mesa del salón con su café y me dijo simplemente “vamos cornudo estoy esperando la leche para el café”  me dio la mi taza que sujetaba con la mano izquierda mientras con la derecha me hice un pajote corriéndome como un adolescente  del calentón que tenia dentro de la taza como ella me había ordenado. Cuando me corrí en la taza solo me dijo “ahí tienes tu puto café con leche y después ya sabes a vestirte y a ganar mi dinero so cornudo”. Así lo hice, tome el café con mi propia leche y me marche a trabajar y empezar una lunes más.

                Han sido 15 días geniales de nuestras vidas, estoy encantado se ser un buen cornudo y además he conseguido estar 15 días con el cinturón castidad sin correrme a pesar de la putadita que Marga y Rocio idearon.

                Cualquier  pareja  o cornudo que sea como nosotros y disfrute de ser cornudo puede ponerse en contacto con nosotros en dominamarga@hotmail.com  estaremos encantados de compartir nuestras experiencias y cambiar impresiones sobre nuestra forma de entender la relación de dominio y mando de la mujer en el matrimonio.

 

                 

 

 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Quieres que seas más cruel?

 


¿De verdad lo quieres?, ¿de verdad quieres que sea más dura y demos un paso más?…Pues gracias por pedírmelo porque yo quería serlo, pero no quería hacerte daño. Quería que tú también lo gozarás, que me lo pidieras e incluso que me suplicaras. Eres sumiso y te domino, pero hasta ahora no te había planteado subir el nivel. Esperaba a que tú lo hicieras.
Ya lo has hecho y te he de confesar que ya lo he sido, que he sido muy cruel, sin que tú lo supieras. Mira esta foto que llevo en el móvil. Esa soy yo con el enorme pollón de tu empleado, el mozo del almacén de tu fábrica. Llevo un año y medio follándomelo sin que tú lo sepas. Eres cornudo, aunque sin saberlo. Ahora ya lo sabes y vas a ser cornudo consentido, porque tú mismo me lo has pedido.

Y ahora mira esta otra foto. La he encontrado en Internet y me ha fascinado. Cada vez que la veo se me remoja el coño. Quiero que encargues una jaula igual que esa y que la coloques en nuestra habitación. A partir de ahora dormirás en ella y yo follaré con mis machos encima para que lo oigas todo, mis gemidos de placer, pero no veas nada.

Y mira esta otra, cariño, porque  puedes ver la otra postura que imagino para ti mientras follo con otro y te hago cornudo. Vas a estar así, con los huevos cogidos y tirantes mientras me follo a mis amantes. Y digo amantes porque aparte del mozo de almacén ya me he follado al vecino, a tu mejor amigo y a tu jefe. ¿Quieres que seas más cruel aún?… Lo digo porque tiene la polla dura mientras te cuento todo esto, cornudo y veo que disfrutas más que yo al saber que tus más íntimos se ha follado el coño de tu esposa. Eres un cielo, cariño.

Esta leche es para el hijo de mi amante

 


Esta leche no es para ti. Esta leche es para el hijo que he tenido con mi amante que va a mamar de mi teta mientras mi amante lo hace de la otra. Para ti no hay sitio, cornudo. Cuando me suplicaste  que me quedara preñada de mi macho, de un hombre de verdad, te dejé las cosas muy claras. Y aceptaste.
Ahora tienes que cumplir lo prometido y ver como ellos maman la leche de mis tetas e incluso como se la ofrezco a sus amigos, porque el padre de nuestro hijo me ha dicho que va a invitar a sus colegas para que les llene unos vasitos de leche y puedan también saborearla.

Aunque la verdad es que yo prefiero que todos ellos mamen directamente de mis tetas, así que es probable que veas una fila delante de la cama y que dos tíos al mismo tiempo me mamen las tetas.Y no me importa que todos ellos sean tus compañeros de trabajo. Hace tiempo que saben que eres un cornudo sumiso. Y no les importa. Perdiste todos tus derechos de hombre, de marido,  cuando te animé a comprar tu pollita con la de todos ellos. Y perdiste.

Te dije que si su polla era mayor que la tuya, me los follaría. Y perdiste con la comparación. Todos ellos tienen más polla que tú, son más machos y por tanto, me los he follado a todos. Todos te han hecho cornudo. Desde hace tiempo. Y repetidas veces. Así que no me llores ahora porque no vas a mamar de mis tetas. Esa leche es para mis amantes, sus amigos y el hijo que lleva tu apellido, aunque no es tuyo, como es natural, que eres cornudo hasta en eso.

Puedes beber otro líquido mío. Eso sí. No te preocupes que te he preparado una bebida especial. Llevo toda la tarde bebiendo agua y podrás beberme, beber mi pis, la orina que sale de mi apreciado coño. Sé que eso te vuelve loco y lo vas a hacer delante de ellos, mientras maman de mis tetas la leche del que no es tu hijo, pero si su padre.
Y no me des las gracias, ni me beses más la mano. Ve a abrir la puerta, cornudo,  que ya vienen a humillarte una vez más.

lunes, 22 de julio de 2013

Te mete mano delante de mi

 


MIÉRCOLES.- Por fin ha llegado el día, estás delante de mi y él te mete mano bajo la braga. De forma descarada. Tú le ofreces tu boca y te morreas con él mientras  te mete mano en el coño que ya supongo mojado, porque gimes y le pides que te folle. Siento dolor en alguna  parte de mí, pero también tengo la polla dura al verte ahí como te dejas meter mano en el coño, como gimes como una perra y como te encharcas para recibir su polla.


Porque sé que vas a follar con él. He sido yo el que te ha traído a este chico  para que te folle. Tenía la fantasía de verte con otro y tú has accedido. Incluso me has propuesto el nombre del chico, el del vecino de abajo. Se conoce que ya te gustaba y que habías subido con él en el ascensor. Porque un día me comentaste que entraban  muchas chicas a su piso y que tú sabías, las mujeres entendéis de eso, que follaba con todas. Quizás por eso me lo propusiste a él como macho para follar contigo. Quizás lo deseabas.

Aunque por como   te abraza en la cama, a donde te lo has llevado cogido de la mano,  parece que te conoce, que sabe qué te gusta, por lo que me barrunto que quizás ya lo conozcas de antes. Que quizás…ya hayas follado con él.

Que quizás… ahora se entienda por qué decías a veces que ibas a casa de la vecina y yo te veía bajar abajo. Ahora lo entiendo. Es tu amante desde hace tiempo, sin yo saberlo. Ya has follado con él. Me has engañado y el que era tu amante escondido, ahora es ya tu amante oficial. Pero yo sigo teniendo la polla dura.

lunes, 15 de abril de 2013

Vamos, cornudo, que él nos espera



Vamos, date prisa que nos está esperando. Él sí, ya lo sabes. El hombre que me follo desde hace meses y que a ti te hace cornudo. Me lo suplicaste, ¿no recuerdas? Tenías la fantasía de verme con otro, que follara con otros y eso hice. Ahora es mi amante fijo porque lo hemos decidido los dos. Él y yo, sí.

Tú ya no pintas nada, has cedido tu lugar a un macho de verdad y yo he comprobado lo que es ser libre y probar otra polla. Otras pollas, porque no es el único amante que tengo. Bueno, tú ya lo sabes.


Y ahora, mientras él nos mira recostado en el sofá, lámeme el coño, ponme a punto para él, para que me note jugosa, mojada y pueda follarme mejor. para que le demos facilidades y  que me penetre a mí y a ti te haga cornudo.


Así, cornudo. Así te quiero ver siempre. Postrado, atado y a la expectativa de que te pida algo. Que nos traígas unas bebidas o que le chupes a él la polla, si le place. O que me lamas el coño para prepararme para su polla. Porque lo suyo es polla de verdad y no el ridículo pito que tú tienes y que jamás me ha dado placer. Jamás. Contigo no he tenido nunca ni un solo orgasmos. No te lo había dicho para no herirte, pero ahora debes saberlo. Jamás he gozado contigo. Es ahora cuando mi coño sabe lo que es una polla, lo que es gozar, lo que es desear ser aún más puta.


Y ahora límpiame. Déjame bien limpita de su semen que chorrea por mi coño. Ha sido generoso y en vez  de correrse dentro de él, lo ha hecho fuera para que su leche caiga sobre mi coño y puedas al fin lamerlo. Deberías darle las gracias porque sabes que no puedes lamer mi coño como antes no haya sido follado o esté lleno de leche. Siempre que me lamas has de recordar que ese coño que tanto amas ya ha sido follado, acaba de ser penetrado y en él, en el coño de tu esposa, ha gozado otro, otra polla.

¿Te quieres casar conmigo, cornudo?



Estás al fondo, follando con él. Lo sé porque me has dejado aquí a solas y me has dicho que no haga mucho ruido. Con el cintuón de castidad puesto. Tu amante no quiere ser molestado con mi presencia y sólo admite que mire a discreción y desde lejos. Sin molestar. "No nos molestes, cornudo, porque no quiero perderlo", me has aconsejado. "Si tengo que elegir entre él o tú  tengo claro que será él el que se quede" -has añadido.

Y me he quedado donde me has dejado, de rodillas en el cuarto de baño, sin moverme, mirando por la puerta abierta como follas con él a lo lejos, en la cama. Como me haces una vez más cornudo, aunque esta vez es algo más serio. Creo que te has enamorado de él. Me lo has sugerido y me has dicho que puedo dejarlo, que me das libertad   y que   no me exigirás nada. Que podré quedarme con el piso y serás tú la que se vaya. Eso me has dicho. Y yo te he respondido que te amo tanto que no puedo vivir sin ti. "Entonces, cornudo, no hagas ruido y estate quieto mirando como te humillo con mi amante, con mi amor."



Aunque al poco tiempo me he acercado a la puerta con cuidado y he visto de más cerca como te folla, como mete su polla en tu adorable coño que yo no he catado, ni probaré jamás. Eso me dejaste muy claro cuando nos conocimos y te confesé mi amor.
- Yo no siento lo mismo por ti -me dijiste-, pero si quieres amarme puedes hacerlo. Aunque vas a sufrir.
- No me importa. Te amo demasiado.
- Pues entonces atiende a mis condiciones.

Y me dejaste claras tus condiciones: que no podría follar jamás contigo, ni tocarte los pechos ni lamerte tu coño a no ser que estuviera antes follado por otro. "Soy una mujer muy pasional, me gustan mucho los machos y follar con ellos. Si aceptas vas a sufrir, a no ser que  seas masoquista".


Supongo que soy masoquista porque te veo follar con él, y sufro, de celos, pero también tengo la pollita dura dentro del cinturón de castidad. Estoy excitado y siento un perverso y morboso dolor placentero.

Y ahora veo que él se corre sobre tu barriguita y ya sé que me vas a llamar, porque también sé que a él le excita que me humille lamiendo su semen.
- Ven, cornudo, ven. Te toca.


Y me he acercado de rodillas y he visto que el semen de él está sobre tu barriguita. Así que  te lo he lamido hasta dejarla bien limpita de su semen.
- Cómo me excita que el cornudo se humille -le has dicho a tu amante.

Y a él se conoce que también le gusta, porque ha vuelto a follarte y a correrse, aunque esta vez en tu interior. Así que he lamido tu sexo, tu hermoso coño y también lo he dejado limpio de su semen. Luego él se ha levantado, tiene que irse, pues está casado. Y tú lo has besado en los labios con fruición y le has dicho que lo amas.

Y te has quedado en la puerta del hotel con cara melancólica. Estás muy enamorada de él. Se te nota.
- Ya se ha ido, cornudo -me has dicho.   Ni te imaginas como me ha dejado el coño. Lo tengo escocido. Me ha follado por todas partes y sé que lo amo, que no podría vivir sin él, que soy su puta, su zorra y su perra; que sólo me llama y ya me pone cachonda oír su voz. Lo amo, cornudo, aunque sé que es imposible vivir con él.
- A mi no me importa. Yo si quiero vivir contigo y adorarte y amarte.
- ¿Te quieres casar conmigo, cornudo? -me has preguntado
- Sí, amor mío.
- ¿Sabiendo que lo amo a él y que soy suya?
- Sí, amor mío
- De acuerdo. Pero vas a sufrir. Aunque supongo que eso es precisamente lo que más te excita de mi. Que te hago sufrir y soy inaccesible para ti.

Ya estamos preparando la boda. Como es natural la  noche de bodas la pasarás con él. Y ya me has dicho que te quieres quedar preñada de él, tener un hijo suyo y un recuerdo para todo la vida.
- Tú lo cuidarás. Tendrás que criar al hijo del hombre que amo y te hace cornudo.  
- Sí, lo sé.
- ¿Lo aceptas, cornudo?
- Sí, amor mío. Lo acepto.

sábado, 30 de marzo de 2013

Funda de castidad para el cornudo



Las mujeres, que no quieren romper la castidad, pero tampoco quieren renunciar al sexo tiene para ello esta solución. Con esta funda para el pene él usará su propia polla para tener relaciones sexuales con usted pero no se correrá y puede durar mucho tiempo duro como usted quiera. ¡Y todo sin ningún riesgo de que tenga un orgasmo! Una vez que usted se haya corrido lo puede volver a encerrar en su dispositivo de castidad.

Usted realmente le está haciendo un favor al no dejarle penetrar su coño, aunque él podría quejarse un poco al respecto. La mejor parte de esto es que él va a tener el factor psicológico de ver y saber que está dentro de usted, pero ser totalmente incapaz de experimentar el placer y la sensación de que él normalmente tendría ya que su pene ni tan siquiera roza su coño. En realidad, le ayudará a aceptar su vida en castidad para hacer uso de él de esa manera, porque en todos los sentidos se reduce su polla a nada más que un consolador!

Traducido de la web Ella sabe lo que es mejor para mí


PD.- También se puede torturar al sumiso cornudo poniéndole el cinturón de castidad y chupándolo porque él sentirá la sensación psicológica de recibir la caricia, las lamidas, pero no sentirá nada de placer. Sólo dolor psicológico. Una dulce y cruel tortura que lo volverá más sumiso. Y más cornudo.

Te excitas al hacerme cornudo



Cuando él te coge el pecho y se te pone el pezón duro, sé que vas a follar con él. Que te gusta mucho y te lo vas a follar. Que vas a hacerme de nuevo cornudo. Y siento celos; un extraño dolor en el pecho, pero mariposas en el estómago. Y mi pollita (según tú me dices) está ya algo durita en el cinturón de castidad. Estoy de rodillas y te veo ahí con él, de pie, dejándote acariciar por su mano, excitándote con los pezones duros, muy duros.

Sé que cuando se te ponen tan duros estás deseando follar, que te follen y hacerme cornudo. No lo puedes evitar. Y sé que cuando tienes los pezones tan duros estás excitada, mojada y abierta. Muy jugosa. A punto para recibir el pollón de tu macho. A veces sólo te los roza y ya se ponen duros. Él puede hacerlo. Yo no. Jamás he podido ni rozarlos. Es el precio que pago por amarte. Y me parece muy barato. Muy poco.


Cuando tú me coges de los huevos y los aprietas, también sé que estás gozando, que estás mojada y que quieres polla y humillarme. Me coges de los huevos para decirme que vas a follar con él, que me prepare y que me vas a poner el cinturón de castidad otra vez para que no me masturbe porque mi placer sólo lo puedo lograr (exclusivamente), al ver que tú lo tienes, al verte follar con otro, al ver como me humillas y me haces cornudo.


Lo sé y lo acepto. A veces incluso te lo suplico. Te suplico que me hagas cornudo y me humilles porque es mi forma de demostrarte que te amo. Y tú me dices que lo sabes, que también me quieres y que me prepare para ser de nuevo cornudo y humillado. Por ti, amor mío. Por eso bajo la cabeza y te suplico una vez más que me hagas cornudo.

Y tú me sonríes y me dices que por ser tan sumiso me vas a premiar. Me vas a conceder un privilegio y ya que me gusta tanto ser cornudo y ver como follas con otros, me vas a reservar un lugar privilegiado para mi puesta de cuernos. Y me has colocado boca arriba en la cama y tú te has subido encima ofreciéndole tu culo a tu macho, a tu amante, que te ha penetrado y follado mientras yo miro desde abajo como su polla entra y sale de mi adoro coño; de eso coño que jamás he follado, ni follaré, y en el que gozan todos menos yo.
Por eso te amo tanto.
Porque me puedes.

martes, 5 de marzo de 2013

Eres de todos, menos mía

No te conozco del todo, pero ya sé que existes MJ, por lo que pienso en ti, en que ya te he conocido, y que tenemos una relación. O la sueño. Porque he comprobado que eres una mujer extraordinaria. No me lo puedo creer. Estoy impresionado, mi Ama. Eres tremenda, deliciosa, dura, segura de ti misma, seria, tranquila, severa y dominante, pero con naturalidad. Con una seguridad pasmosa.

Porque si me aceptas te querré amarte más allá del bien y del mal, más allá de dolor, más allá de los límites que cualquier persona razonable se impone para no caer al vacío. Porque contigo el abismo es el cielo en el que el dolor es un placer y servirte y humillarse ante ti un orgullo que sólo unos pocos pueden disfrutar y paladear.

Porque tus cuernos son para mí un orgullo que me hace levantar la cabeza por la calle erguido y digno, muy digno. Y orgulloso. Tus cuernos son mi dignidad, aunque no lo parezca y nadie lo entienda. Y me siento orgulloso, muy orgulloso de lucirlos y de ofrecértelos para que disfrutes y goces porque esa es mi forma de amar, de demostrarte que te amo sin ningún límite. Ese es mi destino.

Ese quiero que sea mi destino en esta vida: dedicarme exclusivamente a amarte y a darte todo el placer. Sin límite. Total. Absoluto. Mi placer es tu placer, ver que tu gozas. Sólo le pido eso a la vida, que no es poco. Verte gozar y gozar, sobre todo si es en los brazos de otro. Y que cada día seas más libre para gozar sin límite alguno.

Es una fantasía que tengo contigo. Y como es natural dado nuestro carácter, en ella ya me has dominado sutilmente y me has hecho tuyo poco a poco. Y por eso ya has follado con varios (incluido un motero), te he visto acostada con alguno, te has morreado con otros, les has tocado el culo a unos cuantos y yo todavía no te he penetrado ni tan siquiera te lo he pedido.

Y sé que si lo hago, que si pongo mi polla en la punta de tu coño puede que me pegues una hostia para rechazarme. O puede que no. Y pese a ello te amo, no me importa. Lo comprendo.

Comprendo que otros te follen y yo no, porque soy tu sumiso cornudo y además estoy en castidad por ti y no puedo tener ni un orgasmo sin tu permiso, mientras tu te corres como quien quieres, cuando quieres y con quien quieres. Sobre todo esto último pues follas con quien te pete y a mí no me lo permites pues soy tu sumiso cornudo.

Y porque te amo. Te quiero, amor mío y porque que aunque te parezca una paradoja, cuando más sumiso me haces, cuanto más te amo, más fuerte me siento. La sumisión a ti me libera, me da fuerza, porque es por amor y el amor te hace fuerte.

Es un verdadero placer amarte y ser tu sumiso, amor mío. Y estar entregado a ti, y ser tuyo, es hacerme más fuerte porque eres tú en mí, viviendo en mí. Somos dos en uno y me siento aún más fuerte.

Puede parecer paradójico, pero cuando más sumiso soy a tu voluntad y más cornudo me haces más fuerte me siento pues yo vivo por ti, respiro por ti, sueño por ti, veo por ti y siento por ti, porque sólo deseo que tu placer gobierne mi vida para poder sentirme feliz y realizado, porque sólo aspiro a que me permitas vivir para tu exclusivo placer, a que me hagas tuyo y a que te apoderes de mis cojones, de mi virilidad, y los hagas tuyos. Mis cojones son tuyos, ya lo sabes, porque has tomado posesión de ellos. Porque te quiero amor mío.


Porque no quiero ser libre, nunca, jamás, y te suplico que me ates cada día más a ti, que me sujetes cada día más a tu voluntad porque no quiero vivir otra vida que no sea viviendo por ti, viviendo en ti y sintiendo lo que tú sientes. Porque tu libertad me hace libre y cuanto más libre eres tú, más te amo, porque te quiero libre, mi Ama. Muy libre mientras yo no puedo ni respirar sin tu permiso.

Porque ser tu esclavo me libera, porque ser tu sumiso me hace un nuevo hombre y porque no quiero ser libre, nunca, jamás, si eso supone estar fuera de tu dominio, de tu voluntad y de tus deseos. Odio esa libertad en la que tú no gobiernas; odio esa libertad que tu no posees; odio esa libertad que tú no administras y odio esa libertad en la que tú no puedes encerrarme de por vida en la jaula de tu amor y de tu celo posesivo.

Porque te amo tanto que te suplico que me encierres y me sometas, te lo ruego, y que luego tires la llave bien lejos porque yo no quiero ser libre porque mi libertad es ser tu esclavo.
Te quiero, amor mío.
Gracias por hacerme tu más sumiso cornudo.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Para que sepas, cornudo, cómo te hago feliz





“Cornudo te envío foto de lo que estamos haciendo ahora mismo en la habitación del hotel”. Estoy follando de nuevo con un chico que he conocido al salir del trabajo. Ye estoy haciendo cornudo, de nuevo, Siento que no lo puedas ver, pero te mando una foto”. Eso me has dicho en el mensaje que me has enviado junto a la foto.

Y cuando has llegado a casa me has preguntado si quiere saborearte, si quiero lamerte, oler el placer que te ha provocado tu macho. Y te he dicho vehementemente que sí, así que me has echado desnudo sobre el suelo, te has sentado sobre mi cara y me la has mojado.

Todavía no sé si eran los jugos de tu placer o tu orina. Pero me ha dado igual. Me he relamido, cariño, porque todo lo tuyo es para mi sagrado. Te amo. Lo sabes.
- Y ahora prepárate que voy a hacerte otra vez cornudo.

Cuando dices eso sé que tengo que vestirme de doncella francesa para atender a tus visitas. A tus machos o a tus amigas. No sabía quién vendría pero me daba igual. La humillación de presentarme así, de puta doncella sumisa y cornuda, con mi pito apareciendo pequeño bajo la faldita me ponía a mil. Era una amiga.

Lo he sabido al abrir la puerta y llevarla al salón donde me has humillado delante de ella, señalando mi pito impotente y pequeño.
 - El cornudo sigue igual de impotente como veis. No me ha follado nunca y jamás lo hará. Lo sabe y lo acepta. Sabe que se va a morir sin follarme jamás y que va a ser el mayor cornudo de la historia, pero es feliz. ¿Verdad, cornudo?
- Sí, amor mío. Lo soy.
- Pues entonces vamos a celebrarlo.


Y me has cogido de la mano, me has llevado al cuarto de los castigos, me has desnudado y has invitado a tu amiga a que pasara a verme. Y al entrar se ha reído y te ha felicitado. Te ha dicho que tiene envidia de ti por tener un marido tan cornudo e impotente. Y yo me he sentido orgulloso, aunque cuando has comenzado a azotarme delante de ellas para demostrarles el poder absoluto que tienes sobre mí, he sentido dolor, pero un intenso y profundo placer.

El placer de la humillación, de la entrega por amor. Del amor total y sin límites que te profeso que me lleva a suplicarte que seas aún más dura conmigo porque como te pongas blandita dejaré de quererte.
- Me vas a amar toda la vida porque voy a ser inmensamente cruel contigo, porque sé que es la única forma que tienes de gozar. Y te voy a humillar hasta límites insospechados porque sé que así gozas y eres feliz. Y yo quiero que seas feliz, muy feliz.

- Gracias, amor mío –te he dicho. Gracias por hacerme cada día más cornudo e impotente.Y más feliz.
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Doble cornudo


 

A él ya lo conoces, cornudo. Es mi jefe. El otro es el jefe de mi jefe que como ves también me lo ha traído a casa. A los dos, sí. Así serás cornudo a pares, doble cornudo al mismo tiempo y en el mismo sitio. Es que mi jefe me dijo que quería ascender y que necesitaba mi ayuda. Tenía que ofrecerme como una puta a su jefe para tenerlo contento.

Y accedí sin pensarlo ni un segundo porque me encanta follar con dos, son más jóvenes que tú, tienen mejores pollas y además te hago cornudo doble al mismo tiempo.

Pero deja de acariciarte tu pollita porque el cinturón de castidad te impide llegar al orgasmo. Lo sabes. Ponte las braguitas, el delantal de doncella francesa y sírvenos las copas. Y luego quédate ahí de rodillas para ver como me follan y por si necesito que me lamas y excites para que ellos me follen mejor. Como siempre. Ya lo sabes

miércoles, 20 de febrero de 2013

Eres mala y cruel, pero cuanto más lo eres más te amo


Eres mala. No sólo que te traes el condón a casa lleno de leche después de follar con tu amante, y de hacerme cornudo, sino que te echas la leche en las tetas y me invitas a mamar. Y te mamo las tetas, sin dudar. Eres mala. O sea, buena. Muy buena.

Eres mala porque luego me acaricias mi pollita con tus tetas, cuando sabes que estoy enjaulado en el cinturón de castidad y la excitación me produce dolor, pero placer. O cuando me chupas los huevos para excitarme. Lo sabes y lo haces con un refinada crueldad.

Eres mala, pero muy buena. Buenísima. Porque pese a lo mala que eres te amo con locura y te suplico todos los días que me hagas más cornudo, que me humilles más y que no tengas piedad y seas cruel. Y tú me dices que no tienes que esforzarte en ser mala porque sólo puedes gozar haciéndome sufrir pues te excita ver que mi humillación me pone la pollita durita. No dura, porque soy impotente, pero durita.


Eres mala porque me pones al lado de tus amantes, de los machos que te follas y me haces fotos para comparar que sólo tengo una pollita que no te sirve. "En realidad no le serviría a ninguna mujer, cornudo impotente", sueles decirme. Porque eres mala. Y muy buena. Tanto que te amo con locura y pasión y cuanto más cornudo me haces y más me humillas más te amo. Y lo sabes.


Eres mala porque cuando te traes a tu macho a casa me vistes de putita, de niña ridícula para humillarme ante tu macho. Y me haces mirar como me haces cornudo en nuestra cama de matrimonio, mientras yo permanezco mirando con esa ropita de putita y el cinturón de castidad. No el CB-6000 que es ligero, sino uno pesado que compraste en Ámsterdam cuando fuiste allí de viaje con uno de tus machos. Eres mala, pero me vuelve loco que lo seas.


Eres mala porque cuando vas al hotel o a casa de tu macho, le haces una foto con el móvil antes de follarlo y me hablas de su polla, del pollón que tiene, de cómo te está esperando en la cama y de cómo te los vas a follar. Cómo te vas a comer a polla, como la dorarás y como te va a follar el coño una y otra vez. “Esto es una polla, cornudo impotente, porque tú tienes un pito que es clítoris, en vez de polla”. Eres mala, pero cuanto más dura eres, más cruel te pones y más me humillas más te amo.



Eres mala, muy mala, pero te amo cada día más y cuanto más cornudo me haces y más cruel eres al humillarme, más te quiero. Creo que como sigas así voy a morir de amor.
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miércoles, 13 de febrero de 2013

La educación del cornudo



1º- Me preparas. te sientas sobre mi cara y te restriegas sobre ella para calentarte, para excitarte. Tú lo llamas el "calentamiento", como el que hacen los futbolistas -me explicas-,  antes de salir a jugar el partido. El `partido' será en nuestra cama matrimonial pero el que jugará la pelota será otro, él, es decir, el hombre que tienes como amante.

"Mi macho", según me sueles aclarar. No soportas que lo llame de otra forma que no sea "tu macho". Porque es mi macho, me aclaras de nuevo, mientras mueves tu culo sobre mi cara y yo me masturbo pero sin llegar al orgasmo, porque me lo tienes prohibido y si me corro me cuesta más de 50 azotes de fusta en mi culo.

 2º.- No permites que me corra.  Antes de que venga tu macho ya me has azotado el culo con la fusta unas 50 veces. Porque sí, porque te place, porque puedes hacerlo y yo te lo consiento. Pero sobre todo porque quieres que él vea mi culo rojo, lleno de trallazos. Dices que así puedes presumir de domadora, de hembra dominante y eso pone muy cachondos a los chulos como tu amante, digo, como tu macho.


3º.- Me dejas muy claro quién es el macho. Cuando él llega nos pones a los dos juntos. Sacas su polla del pantalón y la dejas junto a mi pilila metida en las braguitas. Se trata de humillarme, de que comprenda que allí el único macho es tu amante, él, el que te va a follar, porque yo sólo soy una puta sumisa. Ves -me dices-, él es un hombre de verdad; un macho potente con una descomunal polla para una hembra supercaliente como yo. Lo necesito. Lo sabe él. Lo sé yo. Y lo sabes tú. Sobre todo tú que nunca has podido darme el placer que necesito, el placer de un hombre de verdad. Tú eres demasiado tierno, sumiso y estás loco de amor por mí, Mi macho es un chulo que me folla y punto. Sólo busca su placer. Me usa. Y eso me gusta; me vuelve loca ese comportamiento tan chulesco. Será que soy muy zorra y me van esta clase de tíos canallas.

4º.- Me humillas recreándote en mis cuernos.- Para ello coges su polla y te la pasas una y otra vez por tu coño. La restriegas, la sobas, la pasas una y otra vez para darle a entender que tu coño es suyo, que tu coño pertenece a esa polla y que puede recrearse en él todo el tiempo que quiera. A mi me dices, mientras tanto, que sufra al ver como otra polla se pasea literalmente por el coño de mi esposa. Mira el coño de tu mujer -me dices-, usado y señoreado por otra polla, por otro macho. Haciendo lo que tú hace ya años que no haces porque no te permito que acerques tu pilila a mi coño ni que lo roces. Ni tan siquiera lo rozas, pero él lo disfruta a sus anchas, todo el tiempo que quiera por este coño es suyo. Lo sabe él. Lo sé yo y lo sabes tú, cornudo.


5º.- Me explicas y demuestras qué es ser cornudo.
  Un  cornudo es aquel -me dices-, que permite que a su mujer se la follen de todas las formas posibles, incluida esta deliciosa postura en la que mi macho me folla contra la pared. Así noto plenamente su polla, entra hasta muy dentro, hasta el tope pues la noto en mi útero y me siento llena, plena, completa y follada. Muy follada. Muy bien follada.

6º.- No hay lugar en el que no sea cornudo. Ya te da igual la postura. En el balcón delante de todos o en el sofá. Te da igual. Eres cornudo -me explicas-, en todas las partes. No hay ni un sólo rincón de esta casa en el que no seas cornudo y si descubr0 alguno lo cubriré enseguida con tus cuernos. 





sábado, 9 de febrero de 2013

Gracias por permitir que te ayuda a hacerme cornudo




Normalmente me permites que me quede de rodillas, junto a la cama, mientras follas con tus amantes. Te beso la mano y te doy las gracias por hacerme cornudo, mientras veo como te mueres de deseo, como tu coño atrapa la polla de tu macho y te lo follas con vehemencia y pasión. Pero nunca me habías dejado acercarme a la cama, estar junto a ti y abrirte las piernas para ofrecerte a tu macho. Ahora sí. Anoche me dijiste que habías cambiado de idea y que sí me dejaba azotar el culo antes de que me hicieras cornudo, me permitirías que te abriera el coño y te ofreciera a tu macho.
- Es lo menos que puedes hacer por mi, por mi felicidad -me dijiste.


Y acepté. Por eso ahora, con el culo dolorido, pero excitado, te abro el culo y el coño para que tu macho te folle mejor y tú goces más. Sé que luego él se correrá sobre tus pechos y que, por fin podre mamarlos, chuparlos y lamerlos, aunque estén llenos del esperma de otro. Es la única forma que tengo de mamarlos y por eso te agradezco que de vez en cuando, dejes que tu macho se corra sobre tus pechos para que yo pueda disfrutarlos, lamerlos, chuparlos. Aunque la última vez que quise lamer también su polla, para limpiarla, te enfadaste, me cogiste, me echaste sobre la cama me azotaste muy duro el culo por haberlo hecho sin pedirte permiso.
Y tenías razón. Gracias, amor mío, por ser tan buena y comprensiva.
Te amo.

martes, 5 de febrero de 2013

La Viagra de mi sumisión como cornudo




Me quitas el cinturón de castidad, me das Viagra y vigilas que me haga efecto. Cuando notas que empieza a ponerse durita (mi pililla, como dices tú), vuelves a ponerme la capucha del cinturón de castidad para que esté enjaulado, para que ese deseo insatisfecho me torture.

- Así desearás sentirte más cornudo –me adviertes.

Y es cierto. Tengo deseo, mucho, pero no puedo satisfacerlo. Me es imposible y entonces me pellizco los pezones para notar algún dolor que me dé sensaciones y ese dolor me excita aún más. Dejo de pellizcarme los pezones, mientras tú me miras y te ríes.  
- ¿Quieres follar? –me preguntas muy ladina.
-  Sí, por favor, te lo suplico.

Y entonces sales y regresas con una vagina de goma de esas que venden en los shepshop. Y me la pasas por la cara. Me había hecho ilusiones de follar contigo, pero hace ya años que no follo contigo. Nunca. Desde que te sugerí que me gustaría verte follar con otro, hacer un trío, todo ha cambiado en nuestra vida. Descubriste mi vena sumisa y me has convertido en tu esclavo.
-  ¿Quieres follar? – me insistes mientras me pellizcas los pezones y notas que se me pone durita por el dolor, por la humillación y por el Viagra.
-  Sí, por favor –te suplico.
-   De acuerdo. Pero entonces tendrás que llamar a mi amate y suplicarle que venga a follarme.

Y digo que sí a cabezazos. No hace falta que hagas todo esto para follar con otro y hacerme cornudo. Tienes libertad para hacerlo cuando quieras, como quieras y donde quieras. Y de hecho lo haces. Pero gozas haciéndome sufrir/gozar. Humillándome. Obligándome a reconocer que soy cornudo y que soy tuyo.
-  Es el placer del poder. Y una vez que lo has probado te vuelves adicta a él -me explicas.
- Lo sé, sé que tiens el coño mojado.
- Cierto. Así que llama a mi macho. Y suplícale.



Y lo he llamado y le he suplicado que venga a follarte, a hacerme cornudo,  mientras tú me azotas el culo y yo muestro la polla (mi pito) a punto de estallar dentro del cinturón de castidad,  tanto por el deseo de la Viagra, como por la excitación de la humillación.  Porque cuando ha venido te ha cogido en volandas y te ha follado sobre la cama, mientras yo miraba la escena excitado, muy excitado, pero sin poder satisfacerme. Por eso cuando él te follaba sentía un extraño placer mezcla de humillación y deseo. 

Pero  cuando estaba a punto de correrse, le has sacado la polla, te has sentado en la cama y has hecho que se corriera sobre tus pechos, sobre esas tetas que jamás he besado ni lamido, porque me lo tienes prohibido. Son un fruto prohibido para ti, me has dicho. Por eso, cuando me has dicho si quería chuparte las tetas, mamar de ellas por primera vez he dicho que sí dando cabezazos. Sí, sí, por favor, te lo suplico.
- Entonces ve. Acércate y mama.


Y me he acercado de rodillas hacia donde estás y he visto que están llenas del semen de tu macho, de su corrida.
- Mama -me has dicho.

Y he pegado mi boca a tus pezones y he mamado.
- No, con la lengua.

Y he limpiado tus tetas de su leche con mi lengua.
- ¿Qué se dice?
- Gracias. 
- ¿Quieres correrte?
- Si, por favor.

Y entonces me has quitado el cinturón de castidad, has cogido la vagina de goma y me la has metido en mi pene. Y has comenzado a moverla hasta que al instante me he corrido.
- Encima de cornudo impotente, eres un eyaculador precoz. ¿Comprendes ahora por qué eres cornudo? -me has dicho, mientras vuelves a la cama para seguir follancon tu verdaderom macho.

lunes, 4 de febrero de 2013

Tu poder absoluto




Pienso en ti y sueño que ya estoy contigo, que te he suplicado que me hagas tu cornudo sumiso y que te llamas Shara Dom. Y que tú has aceptado. Y que al saberlo he brincado de felicidad y te he dicho que te amo, que me entrego a ti para tu exclusivo placer porque para mí es un orgullo humillarme, entregarte mi bien más preciado: mi dignidad como hombre.

Ser tu sumiso cornudo, para que tú disfrutes lo que quieras, cuando quieras y como quieras. para que seas libre, totalmente libre sin límite alguno y sin tener que dar ninguna explicación. Haciendo todo lo que te salga del coño, dicho a la pata la llana. Porque cuanto más cornudo me hagas, cuanto más me humilles, más te amaré. Y lo sabes.

Porque ser tu sumiso cornudo es un orgullo. Es un honor que me permitas ser tu sumiso cornudo; un sumiso a tu servicio, al exclusivo servicio de tu placer que es el mío. Porque al usarme para tu placer te sirvo y mi adoración te enaltece, te eleva e incluso te embellece. Dicen que Cleopatra se bañada en leche de burra para aumentar su belleza y tú te sumerges y bañas en mi amor y sumisión por ti , y sales más bella porque mi sumisión y mi entrega a tu voluntad te embellece, te hace más atractiva y seductora. Irresistiblemente seductora. Te hace más guapa aún tener un sumiso cornudo que te ame.

Porque una vez que se te conoce, una vez que se te ama ya es imposible dar marcha atrás o huir, querer huir de ti, de tus caprichos, de tus antojos. Es imposible. Yo lo he intentado, he querido huir y siempre he vuelto y volveré a ti con la cabeza gacha para ser sometido de nuevo a tu voluntad, porque fuera de ti no hay vida. Una vez que uno te ha conocido sabe que fuera de ti, de tus dominios, de tu mundo, no hay nada. Todo es vacío.

Tristeza. Sólo hay tristeza porque el ser tu sumiso cornudo te trae la alegría, aunque tú no lo sepas en un primer momento. Bueno sí, lo averiguas cuando huyes y comprendes que no hay felicidad posible sin ti, sin tu poder, sin tus antojos, sin tu voluntad sometiendo a la mía.

Cuando comprendes que vivir sin amarte no es vida. Que nada tiene sentido sin estar subyugado a ti. Que tus caprichos y órdenes son deliciosas manjares y el sufrimiento que tú provocas un licor que al principio es fuerte, pero después emborracha de unos placeres inenarrables.

Y uno comprende que una vez que se te ha conocido y que se te ama, es imposible la huida, que no hay escapatoria porque siempre vuelvo a suplicar que tú me pongas de nuevo la correa de tu poder sobre mí. Que vuelvas a uncirme con el honor de ser tu esclavo, tu cosa, tu objeto, tu instrumento de placer. Que no tengas usted piedad y hagas conmigo lo que te venga en gana. A tu capricho.

Porque quiero amarte amo más allá del bien y del mal, más allá de dolor, más allá de los límites que cualquier persona razonable se impone para no caer al vacío. Contigo el abismo es el cielo en el que el dolor es un placer y servirte y humillarse ante ti un orgullo que sólo unos pocos pueden disfrutar y apreciar.

Y te suplico que no tengas piedad y me lleves más allá de todos los límites racionales, que los traspases todos y me conviertas en tu más sumiso y humillado cornudo que sólo piensa por ti, que sólo vive por ti, que sólo está vivo cuando tú lo humillas y sometes con esa dulce severidad que me humilla y que denota amor, mucho amor.

domingo, 3 de febrero de 2013

La puta cornuda



Quiero que estés muy sexy, cariño, me has dicho mientras me maquillabas. Quiero que estés guapa y que te comportes como una putita. No, mejor como una puta, una perra, una zorra y una guarra. Y más todavía. Eres el regalo que le voy a hacer a mi amante por su cumpleaños y quiero que lo complazcas en todo. Absolutamente en todo. Espero  no tener quejas de ti.

Ten en cuenta que eres su capricho y lleva tiempo sugríendome que le gustaría poseerte, tenerte, usarte. Sé que va a ser algo extraño para ti porque es tu jefe y mi amante, pero no obstante sé que te vas a comportar, que vas a ser la más puta que hay en la Tierra y que él quedará complacido. Esmérate porque si le gustas, si apruebas su examen, a partir de ahora tendrás que ir así a trabajar  y te convertirás en su secretaria particular.



Y tendrás que chuparle la polla en su despacho, dejarte follar allí y ser su más sumisa puta. Y además te vamos a dar hormonas para que te salgan pechitos pues él quiere correrse en ellos y yo estoy encantada de que lo haga.

Así que ahora ponte en plan puta, putita, sumisa y provocativa. Quiero ver en esa carita cómo lo vas a excitar para que te use, cómo te las vas a apañar para que te desee y te folle como una puta cornuda.

Yénifer, puta y exhibicionista




Pienso en ti, en que estamos juntos y te llamas Yénifer, por ejemplo. Eres más joven que yo y además te has reconocido ninfómana en Facebook. Hemos hecho pronto buenas migas, que se dice, porque eres una zorrita muy puta, que además le gusta exhibirse. El sueño ideal para un cornudo como yo. Aspirante a cornudo, porque todavía no tengo pareja estable. Pero tú te has ofrecido a hacerme cornudo por un día y te he visitado en tu ciudad donde hemos quedado en una cafetería para vernos.

Y has llegado con un abrigo y una minifalda cortísima que dejaba ver las braguitas tangas que llevas. Porque cuando te has quitado el abrigo y te has sentado la falda se te ha subido y han aparecido tus muslos y la braguita. Y la veía yo y algunos más. Sobre todo los que pasaban por tu lado y se paraban a mirar, con cualquier excusa.

Yo sé que estás muy buena, que eres muy sexy además de muy zorra y puta. Por eso hemos congeniado. No hay mejor premio para un cornudo que tener una mujer ninfómana, puta y exhibicionista. Y algo sumisa, con algunos machos pues te gustan que te follen cuatro o cinco, que se corran sobre tu cara, que te manoseen y te follen sin piedad como la zorra y puta que eres.



Porque lo eres y estás orgullosa de serlo. Eso me dijiste por Facebook. Así que cuando te has sentado no ha hecho falta que nos dijéramos mucho. Nos conocemos. Y tú te has puesto en seguida a darme gusto, a ponérmela dura, cuando has comenzado a sonreír a todos los tíos buenos que te gustaban. Sé que tienes la capacidad de llevarte detrás de ti a cuqluier tío que te guste, por eso no me ha extrañado que al primer tío bueno que has vito que te gustaba en una mesa cercana, le hayas sonreído, te hayas levantado y te hayas marchado hacía los aseos.

Tampoco me ha sorprendido que él se haya levantado de inmediato y te haya seguido. Y yo también. me he levantado y me he ido detrás de los dos. Y cuando he llegado a los aseos he abierto la puerta de los masculinos y te he visto sentada en los lavabos, con la falda subida y el tanga por los tobillos, junto a tus zapatos de tacón, mientras el macho que te gustaba, al que te habías llevado a los aseos sin mediar palabra, te morreaba y comenzaba a meterte la polla en tu coño depilado.
- Espera -le has dicho al verme.
- Por qué?
- Es que quiero que el cornudo de mi novio, que está ahí en la puerta mirando, vigile que no entre nadie mientras me follas.
- ¿Y no le importa? - te ha respondido él.
- Bájate los pantalones -me has dicho.

Y me los he bajado y he aparecido con las braguitas que tú me sueles dar y poner para que aparezca ante tus machos como una putita y ellos se sientan aún más machos dominantes. Y excitados.
- ¿Ves? ¿Lo comprendes ya? -le has preguntado a él.
- Claro. Y estoy encantado.
- Cornudo, querido, quédate ahí mirando y vigila que no entre nadie a molestarnos. Si ves que entra alguien, dile que está ocupado.
- Sí, cariño, no te preocupes. Tú sigue follando -te he dicho, mientras salgo, entorno la puerta y me quedo mirando por el hueco de la puerta abierta como te folla, como lo morreas, como te mete unas sacudidas que te hacen gemir y gritar porque parece que estás teniendo un orgasmo tras otro. Sé que eres fácil, muy puta y que casi te corres enseguida con sólo ver una buena polla.

Eres puta, zorra y multiorgásmica y eso me encanta. Así que cuando te has cansado de correrte y él se ha corrido en tu coño, lo has apartado, me has llamado, me has dicho que me arrodille y he metido mi cabeza en tu coño para limpiártelo y dejártelo bien limpito de la leche de tu macho.
Y luego has apartado mi cabeza, me has sacado la polla dura de mi pantalón y me la has acariciado.
- Hazte una paja si quieres.
- Y me he masturbado arrodillado frente a tu coño, besándolo, comiéndome y lamiéndome hasta que tú te has corrido sobre mi cara y yo también lo he hecho sobre el suelo.
- Nos vamos -me has dicho mientras te subías el tanga, te ajustabas la falda y salías campante y digna por la puerta. Y yo detrás de ti, satisfecho y contento porque me has dicho que vamos a otra cafetería. Me he supuesto que la noche va a ser larga, muy larga.
Y cuando hemos salido, me has cogido de la mano y me he sentido muy feliz.
- Me gustas mucho, mi cornudo -me has dicho en voz alta cuando hemos pasado al lado de una pareja.

Y yo te he dicho que también me gustas y que me gusta todo de ti; que seas tan puta y zorra y que me hagas cornudo. Y me he acercado a tu oído y te he dicho que gusta que me azotes el culo mientras yo te lamo y tú te corres; que me des de hostias por capricho para dejarme bien claro quién es la que manda y que sólo soy un instrumento de tu placer.

Porque me gusta tener las pinzas en los pezones mientras tú me explicas que quieres follarte a otro. Yo sufriendo con el dolor y tu corriéndote de gusto con mi sufrimiento. Porque ese es mi mayor placer; un doloroso placer indescriptible y que no sabría cómo pagarte si hubiera que ponerle precio. Un inmenso placer sufrir mientras tu gozas. Porque te amo.

No lo escondo, ni me avergüenzo. Me gusta humillarme para tu placer y repetir mucho que soy "tu cornudo" para que lo sepas, para que sepas que te amo más allá de todo límite, más allá de lo que ellos puedan imaginar jamás porque para ellos los cuernos son inadmisibles para su orgullo, intolerables para su hombría, pero para mí aceptar los cuernos es la mayor prueba de amor que existe, aunque ellos no lo entiendan. La prueba de tu poder sobre mí. La prueba de mi amor total y absoluto.

Y me da igual que ellos no lo entiendan, pero yo quiero gritarlo a todo el mundo, quiero gritar que me humillo por ti, que me gusta y excita sufrir para que tú goces. Que quiero que seas dura, estricta y severa (aunque cariñosa, como ya lo eres). Y no estoy enfermo. Lo sé. Si acaso, estoy enfermo de amor, enfermo de ti que te necesito para respirar y necesito la sumisión a ti como el aire que respiro. Si me falta me muero.
- Lo sé, mi querido cornudo y por eso me gustas -has añadido cuando ya entrábamos en otra cafetería y has empezado a sonreírle a los tíos buenos que tanto te gustan.

viernes, 25 de enero de 2013

Putita para ti y tu amante



Cuando me has quitado la gruesa venda que tapaba mis pechitos porque no querías que me asustara duante el proceso de femenización con inyecciones de hormonas, he llorado de felicidad.

Ya soy una putita como tú querías. Como quería tu amante, tu macho, el hombre que ha ocupado mi lugar y que tiene el capricho de correrse sobre mis tetitas.

Le gustan pequeñas, como de adolescente y por eso ya no me darás más hormonas y seguirán así, pequeñitas y bonitas como una lolita. "Una putita, más bien", me has aclarado tú. Una putita dispuesta para tu macho.

Porque seré de tu macho. Eso me has dicho. A partir de ahora él también será mi Amo y podrá hacer todo conmigo.

- Absolutamente todo -me has aclarado
- Lo sé, mi amor. Eso haré.
- Espero que no me dé ni una sola queja de ti, que le des todo el placer y que seas la putita más puta, más zorra y más perra que existe.

Y te he dicho que sí, que lo haré por ti, porque te amo tanto que no te niego nada.
- Lo haces por mí y por ti, cornudo, que también te vuelve loco ser humillado.

Es cierto. Por eso he llorado de felicidad. Y por eso cuando tu macho me ha follado no he reprimido mis gritos de placer para que tú, que estabas delante, me vieras gozar. Y sobre todo que él goce, que es lo que te preocupa. Así que me he abierto todo lo que he podido y me he dejado follar. Para ti.


Pero cuando se ha ido has vuelto a ponerme el cinturón de castidad porque aunque ahora ya no tengo polla, ni pollita, sino un gran clítoris; un clítoris grande de puta, no quieres que me masturbe y seguiré en castidad y siendo femenina.
- No puedes tener placer como no sea con él, cuando él te folle. Sólo así podrás conseguir un orgasmo. Quiero que te mentalices de ello y que así puedas darle todo el placer a mi hombre, a mi macho, al hombre de la casa. Al macho que me hace gozar.
- Sí, amor mío -te he dicho llorando de emoción.

lunes, 21 de enero de 2013

Haces que se corra sobre nuestro anillo de boda


No es nada, de verdad. No te lo tomes a mal, amor mío. Sólo quiero hacerte ver que a él  lo masturbas hasta con las tetas y dejas que se corra sobre ellas, que es algo que a mi jamás me has permitido. Ni borracha, me dijiste una vez, de novios, cuando te lo propuse por primera vez.  Y es que has cambiado mucho. Ahora dejas que él te ponga el brazo en el cuello, para aprisionarte y hacerte más suya, mientras tú gimes, suspiras y dices sí, por favor. Más fuerte, más fuerte que me corro.

Eso oigo mientras estoy de rodillas junto a la cama y te beso la mano, si puedo, porque generalmente la tienes sobre su nuca para acercarlo a ti, a tu cara, y beberte sus morros, morrearte con él como una colegiala, como jamás has hecho conmigo que sólo he recibido besitos tuyos desde que éramos novios.

A él se lo permites todo, incluso que se corra sobre tu anillo de casada, sobre nuestro anillo de boda. Y no porque él te lo pida, sino para complacerte a ti porque eres tú la que se lo pides para humillarme, para hacerme ver que sólo soy un cornudo sumiso que te lo consiente todo. Incluso que me humilles de esta forma desde que descubriste que la única forma de que me excitara, de que se me pusiera dura, era contándome lo que habías hecho con tus anteriores novios. Y lo hiciste, me contestaste como te habían follado  y a mi se me ponía entonces dura. Luego dejaste de contarme como te habías follado a tus novios anteriores y pasaste directamente a contarme como te follabas a tus nuevos amantes. 


No hubo transición. Un día que estábamos en la cama y te dije que me contaras lo de tus anteriores novios, para excitarme, me contaste que tenías mejor información, mejor material, más reciente, porque esa misma tarde te habías follado a un compañero de oficina.
- ¿Quieres que te lo cuente?

No dije nada. Sentí unos celos tremendos, un extraño dolor en algún recóndito lugar de mi cerebro, y me levante de la cama y me fui al salón. Y allí estuve pensando un rato, hasta que de pronto, sin darme cuenta, me levante y volví a la habitación.
- Sí cuéntamelo –te dije ansioso.
- Pídemelo de rodillas.


Y me puse de rodillas.
-  Cuéntamelo, por favor.
-  Suplícamelo.
-  Te lo suplico
-  Suplícame que te cuente cómo te he hecho cornudo
-  Te lo suplico, por favor, cuéntame como me has hecho cornudo.

Y me lo contaste. Desde entonces no has dejado de contarme nada. Aunque tampoco hace falta que me lo cuentes porque lo veo en directo ya que te traes a casa a los amantes de confianza, a los fijos. Con los que lo haces todo. Sin miedo, sin reparos. Incluso todo aquello que nunca has hecho conmigo. Sobre todo lo que nos has hecho nunca. Porque te gusta humillarme. Te gusta mucho porque sabes que a mi me gusta. Somos tal para cual. 

Y por eso me tienes desnudo siempre antes tus amantes, antes de follártelos, para que me sienta más sumiso, más esclavo y más cornudo. Estáis los dos vestidos metiéndoos mano en el sofá y yo desnudo mirando cómo os magreáis como dos adolescentes. Y observando  como me haces cornudo, suponiendo que no os tenga que traer las bebidas o ir a la habitación a por la foto de nuestra boda para ponerla junto a la mesita del sofá y que puedas mirarla mientras me haces cornudo.
Eres tremenda y por eso te amo.

Te amo mucho y sé que tú también me amas porque  cuando vas a follar con tu amante me atas las manos a una argolla del techo que pusiste junto a la cama, me das Viagra y me pones el cinturón de castidad para que vea excitado como me haces cornudo. Para que esté  muy excitado, pero no pueda ni tocarme para satisfacer ese deseo. Me torturas con el deseo que produce la Viagra que se acrecienta al verte follar con otro. De hecho ya no puedo gozar como cualquier otro hombre y para hacerlo necesito la humillación, verte follar con  otro y sentirme cornudo y apaleado.

Y por eso, cuando te corres al follártelo, te acuerdas siempre de mi y te levantas de la cama para ponerte detrás de mí, quitarme  el cinturón de castidad y azotarme el culo mientras me llamas cornudo, delante de tu macho. Y no paras hasta que  consigues que me corra sólo con los azotes y la humillación. Sin tocarme. No es un orgasmo con expulsión de semen, sino un orgasmo continuo pero flojito, que no permite salir al semen por lo que sigo excitado y anhelando ser de nuevo humillado. Y por eso me vuelves a poner el cinturón de castidad, me das otra pastilla de Viagra y vuelves a la cama para seguir follando con tu amante.
- ¿Qué se dice?¿ -me preguntas mientras cabalgas sobre tu macho y tus tetas saltan arriba y abajo.
-  Gracias, amor mío, por hacerme cornudo. 
- Y apaleado -me respondes entre gemidos.
- Y apaleado, amor m´ñio. Cornudo y apaleado. 
- Y feliz, muy feliz -me contestas justo antes de correrte otra vez,  con la polla de tu macho.